Elecciones decisivas en Perú

Tenemos hasta la fecha 11 candidatos a presidente, un ex presidente, un ex primer ministro, la hija del ex dictador, un fanático de Chávez, entre otros más, y otra cantidad similar de variopintas listas de candidatos, ex jugadores de voleibol, actores, actrices, ex vedettes, etcétera, para el congreso. A este panorama se suman nuestros ¿medios de comunicación? (y, entiéndase la ironía de los signos de interrogación) que más se preocupan por cubrir la llamada guerra sucia entre los candidatos que por buscar el debate alturado y técnico entre los mismos. Hasta aquí, ninguna novedad con campañas electorales pasadas (ocurrió lo mismo durante la dictadura de Fujimori, al culminar el periodo de Toledo y se repite en esta ocasión). ¿Dónde está la novedad?
Pues nada menos que en las propuestas de un candidato, el ex presidente Alejando Toledo, que al parecer ha enarbolado la bandera del progresismo laico y se pronunció a favor de la unión civil de personas del mismo sexo, la despenalización de las drogas y el aborto. Y miren si ha calado entre los liberales y progresistas del Perú que han señalado que ya era hora de que el país se pusiera en la línea de los grandes países desarrollados, menuda malcriadez, hubiera dicho mi abuela.
Nadie ha querido decir algo más allá de lo políticamente correcto. Los candidatos no dicen mucho por temor a perder algunos votos y ser calificados como retrógrados, ortodoxos o anti-liberales. Los ¿comunicadores sociales? tienen material de sobra para vender titulares estos días y los intelectualoides progresistas (los caviares, las feministas, los pro-gay, algún que otro religioso fanático de Küng, Boff, etc) tienen ahora un candidato que saldrá a defender la causa de la verdadera libertad del hombre y la defensa del estado laico, según ellos.
¿Y el resto de propuestas? Bien, gracias. Hasta ahora ninguno ha salido a hablar (salvo unas promesas por demás populistas) de lucha contra la pobreza, inclusión social, educación, reforma del estado, lucha anticorrupción (que es uno de los males que más flagela a nuestra sociedad). Los únicos que se han fajado los cinturones y han puesto en la mesa estos temas han sido los obispos del Perú a través del comunicado "Al servicio de la dignidad humana y del bien común", donde han puesto de manifiesto lo que es verdaderamente urgente para nuestro país, claro está que los progresistas ya salieron a darle con palo.
Algo va quedando claro, que aquellos que defendemos la dignidad humana, católicos o no, y el bien común, sabemos por quién no tendríamos que votar. Pero queda una tarea más importante, buscar a aquel que entre sus propuestas asegure, cautele y favorezca estos puntos, basados en un verdadero espíritu de democracia que "moviliza la actitud de cada uno en el respeto activo hacia el otro, en una correspondencia que tiende a afirmar los valores y la libertad del otro" (Giussani, L.; El yo, el poder y las obras).