El voto de los latinos, ¿`convertirá` a Obama o a Romney?

La decisión de Obama el pasado mes de juniode frenar la repatriación de jóvenes inmigrantes que entraron ilegalmente enlos Estados Unidos de pequeños ha sido claramente un intento de ganarse alelectorado hispano, igual que la promesa de Romney de revisar el sistema de la carta verde que facilita la reagrupación familiar de los inmigrantes. Aun así, a pesarde la atención prestada, está por ver si la mayoría de los hispanos se dejaráver en las urnas.
A pesar de representar al sector con unmayor aumento demográfico en los USA, su peso en el electorado no crece a lamisma velocidad. En 2008, sólo la mitad de los hispanos participaron en laselecciones, frente al 66% de los blancos y el 65% de los negros. Y su intenciónde votar no parece que vaya a aumentar: los electores hispanos registrado hanbajado, de 11,6 millones en 2008 a 10,9 en 2010. Hay pocos signos derecuperación, a pesar de que los que tienen derecho a voto son 21,7 millones.
"Debemos volver a hacer frente a unabrecha consistente en los registros", ha declarado a The Week MattBarreto, de la Universidad de Washington. Esta diferencia se debe al menos enparte a la actual situación de crisis económica, que ha sacudido a los hispanosde un modo particularmente fuerte. El valor medio de la riqueza de las familiashispanas se ha reducido un 66% entre 2005 y 2009, y el porcentaje de ejecuciónde hipotecas es del 11,9%, más del doble del porcentaje relativo a las familiasblancas. "Cuando la gente pierde su trabajo o su casa, lo normal es que tengaque irse a otro sitio", afirma Antonio González, responsable del SouthwestVoter Registration Education Project. "Cuando uno se traslada, tiene que volvera registrarse, y me temo que eso no ha sucedido ni en 2009 ni en 2010". Además,entre los hispanos, casi un tercio de los que tienen derecho al voto es menorde 30 años, franja de edad en la que el porcentaje de empleo es más bajo. En2010 sólo votó el 17,6% de los jóvenes hispanos.
Los demócratas han promovido durante muchotiempo campañas para animar a votar entre los latinos, y ahora también losrepublicanos se han dado cuenta de que tienen que abordar seriamente esteproblema. En 2004, George W. Bush obtuvo el 40% del voto hispano, pero en 2008 John McCain sólo consiguió el 31%; este año los sondeos indican que Obama ganaa Romney 67 a 23. Dado que se prevé que los hispanos lleguen en 2050 a ser casiel 30% de la población, el Partido Republicano corre el riesgo de no ganar máselecciones nacionales, a menos que consiga cambiar la situación.
El desempleo entre los latinos es del10,3% y muchos de ellos son críticos con Obama por no haber conseguido aprobar unapolítica nacional de inmigración y haber repatriado a la cifra récord de 1,4millones de inmigrantes ilegales. Muchos electores blancos están abandonando alos demócratas y los analistas creen que Obama no podrá ganar si el porcentajede hispanos a su favor queda por debajo del 65%. Romney espera arrancarleapoyos a Obama, sobre todo entre los cubano-americanos en el crítico estado deFlorida. El equipo de Obama, mientras tanto, cuenta con el voto hispano paraganar en otros dos estados clave, Nevada y Colorado. Armando Navarro, de laUniversidad de California, lo resume así: "Verdaderamente somos el eje de labalanza, somos el voto resolutivo".
En ningún otro lugar el voto hispano estan significativo como en Texas, donde los hispanos han aumentado en tresmillones durante los últimos diez años y representan a un tercio de lapoblación. Los candidatos republicanos a la presidencia siempre han ganadoaquí, desde 1976, pero Texas se podría convertir en un estado demócrata si losrepublicanos no mejoran su penetración entre los electores hispanos. Por suertepara ellos, pueden disponer de una nueva estrella, como Ted Cruz, un abogado cubano-americanoque ha ganado las primarias para el Senado con el apoyo del Tea Party; siganara el próximo mes de noviembre, Cruz podría jugar un papel decisivo paraatraer el voto de los hispanos conservadores. En el bando demócrata, la futurapromesa es Julián Castro, el alcalde treintañero de San Antonio, elegido traspronunciar el discurso principal en el congreso nacional del Partido Demócratade septiembre pasado. Cruz y Castro, escribe Wayne Slater en el DallasMorning News, representan"los polos radicalmente distintos que dividirán, y definirán, nuestra políticapara las generaciones futuras".
Resultasignificativo, y triste, que la fe católica de la mayoría de los hispanos nisiquiera se cite en este análisis. Este hecho subraya la urgente necesidad deprogramas educativos para los católicos hispanos, que lleven la Doctrina Socialde la Iglesia a la cultura generada por la Iglesia.