El viaje de Chávez a Rusia
Al reiterar sus críticas a la presencia de la IV Flota norteamericana en el Caribe, dijo que, al contrario de los marines estadounidenses, unidades militares rusas no serían objeto de rechazo. "Si una flota rusa llega por el Caribe, izaremos banderas, tocaremos tambores y cantaremos himnos, porque son nuestros aliados, con los que nos une la misma visión del mundo… Rusia tiene suficiente capacidad de movilización de barcos y aeronaves… que aparezcan en Venezuela no sería raro". Chávez enfatizó que el nuevo jefe de Estado ruso "será una garantía de nuestra seguridad y estabilidad". La prensa independiente venezolana interpreta que es una referencia al veto ruso, si en el futuro el Consejo de Seguridad avala lo que revelan las computadoras de Raúl Reyes sobre colaboración con el terrorismo en Colombia.
En la prensa rusa se especula sobre la respuesta del Kremlin al escudo antimisiles de EE.UU. en la República Checa y Polonia. Uno de los diarios que cubrió la rueda de prensa de Chávez puso en sus labios la afirmación de que había acordado con Medvéded la instalación de una base militar rusa en Venezuela. Komsomolkaya Pravda (KP) publicó un gráfico que señala la ubicación de la base en la región nororiental. Chávez, desde Lisboa, declaró que se trataba de un error del interprete ruso utilizado en la rueda de prensa, pero los medios moscovitas insisten en que la "respuesta adecuada", anunciada por Medvéded fue uno de los temas tratados en la entrevista. Un analista de KP escribe que "Rusia no prevé por ahora bases en Venezuela, pero si EE.UU. insiste en instalar el escudo antimisiles en Europa, Moscú tomaría en serio esa opción".
Chávez matizó el desmentido de Lisboa en una carta para Fidel Castro con ocasión del 26 de julio, cuyo facsímil publica Granma. Le comenta su artículo "La estrategia de Maquiavelo", en la que el líder cubano señala que no hay que dar explicaciones ni pedir perdón a Washington. "Estoy completamente de acuerdo contigo -dice Chávez- no tenemos que estar dándole explicaciones ni rindiéndole cuenta al imperio yanqui, mucho menos pedirle excusas ni perdón". Los analistas venezolanos coinciden en que el enfrentamiento entre Rusia y EE.UU. aumenta, y que Chávez pasa de la estridente retórica antiyanqui a una peligrosa variable de intromisión en las tensiones de ambas potencias.
La controversia sobre las bases rusas restó importancia a las negociaciones con Rusia y Bielorusia para adquirir tanques T-90C, los sistemas de defensa antiaérea Tor-MI, una flota de Iluyshin y submarinos diesel-eléctricos. Según el diario Kommersant, los proveedores rusos se alarmaron porque Chávez desea comprar las armas a crédito, pero un especialista de la firma RusEnergy argumentó que Venezuela es un aliado natural de Moscú, no sólo en el ámbito militar, sino también en el económico, con particular énfasis en el sector energético. "Venezuela es un país con muchas perspectivas. No se descarta que petroleras rusas ocupen el vacío dejado en los campos venezolanos por Exxon Mobil, Conoco, etc". La agencia Interfax estima que el monto de adquisiciones de equipos bélicos por Venezuela llega a 30.000 millones de dólares. Analistas venezolanos se preguntan si Chávez continuará su política armamentista, mediante la venta de petróleo a futuro. BBC Mundo, con su tradicional objetividad, se ha venido preguntando: ¿cuál es el objetivo de Chávez en su proyecto de convertir a Venezuela en una potencia militar emergente? Carlos Alberto Montaner escribe: "Es un error no tomar en serio a Chávez por su carácter histriónico. Es un payaso armado y peligroso".