El turista

Elise es una sofisticada y misteriosa mujer que es espiada muy de cerca por los servicios secretos británicos. Estando en París recibe un inquietante mensaje: debe coger un tren y marcharse a Venecia. En ese tren deberá elegir a un hombre y fingir una amistad con él. Elise obedece y se decide por Frank, un profesor de matemáticas de un instituto americano, que viaja a Venecia a hacer turismo. A partir de ese encuentro se va a desatar una sorprendente vorágine de enredos.
La intriga tiene referentes obvios en Hitchcock, dado que el inocente protagonista se ve envuelto en una maraña de peligros insospechados. Pero el ritmo y tono de comedia nos recuerda inevitablemente a Charada, de Stanley Donen. La elegante Audrey Hepburn es en este caso una fría y contoneada Angelina Jolie, y el galán un convincente Johnny Depp. Por encima de todo es una rabiosa comedia romántica que habla de un amor a prueba de bombas. Nunca mejor dicho. A la frescura clásica del guión, se añade el mérito de una esplendorosa Venecia, en exceso aseada, y un sentido del ritmo muy eficaz. La partitura de James Newton Howard es excelente, aunque no menor que la fotografía de John Seale.