El triunfo de la democracia en Cuba

Mundo · Matías Jove
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19 enero 2009
Cincuenta años desde el triunfo de la Revolución en Cuba, es un buen momento para descubrir una de las grandes paradojas históricas que se encierra en la Cuba de Fidel Castro: la instauración de un estado totalitario en nombre de la democracia.

Un repaso a las hemerotecas cubanas cinco décadas después nos regala los brillantes alegatos que Fidel Castro realizó en defensa de los valores democráticos y que traicionó nada más llegar al poder.

Los ejemplos son inagotables. En el campo de la libertad de expresión, el 2 de abril de 1959 Fidel Castro, realizaba un apasionado alegato defendiéndola: "Los que hablan de democracia deben empezar por saber en qué consiste el respeto a todas las ideas, a todas las creencias, en qué consiste la libertad y el derecho de los demás… Nosotros no perseguimos a nadie… Si perseguimos un periódico y lo clausuramos… ¡ah!…, cuando se empiece a clausurar un periódico no se podrá sentir seguro ningún diario, cuando se empiece a perseguir a un hombre por sus ideas políticas, no se podrá sentir seguro nadie; cuando se empiece a hacer restricciones, no se podrá sentir seguro ningún derecho".

Meses después, cuando comenzó la intervención y el cierre de los diarios, los cubanos salían en masa a festejarlo portando un ataúd con el nombre del periódico inscrito en grandes letras. Cincuenta años más tarde Cuba es considerada por Reporteros sin Fronteras la mayor cárcel del mundo para periodistas.

En la gira que realizó por Washington días después de su llegada al poder declaraba: "respecto al comunismo, sólo puedo decirles una cosa: no soy comunista, ni los comunistas tienen fuerza para ser determinantes en este país…". La realidad no tardó en evidenciar la deriva comunista del régimen castrista pero los cubanos no reaccionaron. En muchas casas de La Habana colgaron carteles que decían: "si Fidel es comunista, que me pongan en la lista".

Fidel era un brillante defensor de los derechos humanos, de la justicia y de la libertad. Las historias podría ser meramente anecdóticas pero revelan una cuestión básica para el triunfo de la democracia en Cuba que tendrá importantes consecuencias para el futuro: para imponer una dictadura totalitaria ha sido necesario disfrazarla y darle tintes democráticos.

Como muchos observadores están denunciando hoy de Venezuela, Fidel Castro supo utilizar los valores de la libertad y la democracia para alcanzar una popularidad sin la cual hubiera sido imposible llegar al poder. Entonces, sólo entonces, pudo ir secuestrando paulatinamente las instituciones para crear un estado basado en el miedo.

No sabemos qué pasará tras la muerte de Castro pero sí sabemos que los cubanos vibraron hasta que les fue posible con las palabras derechos, libertad y democracia. Esperemos que puedan disfrutar más que de las palabras.

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