El recuerdo de Marta

España · PaginasDigital
Me gusta 3.376
30 abril 2015
Me subí en el avión. Me tocó entre la ventana y el pasillo. La señora de al lado jugaba con su ipad. No miraba por la ventana. En el cristal se reflejaba su juego de ipad. Se mezclaba con el atardecer. Anuncian el despegue. Un niño dice que tiene miedo detrás de mí. Su madre lo consuela. Entonces me acordé de ella. Me acordé de su vida fresca.

Me subí en el avión. Me tocó entre la ventana y el pasillo. La señora de al lado jugaba con su ipad. No miraba por la ventana. En el cristal se reflejaba su juego de ipad. Se mezclaba con el atardecer. Anuncian el despegue. Un niño dice que tiene miedo detrás de mí. Su madre lo consuela. Entonces me acordé de ella.

Me acordé de su vida fresca. Me acordé de cómo me amó. De su mirada profunda, su alegría liviana, sus palabras acertadas y no meditadas. De sus pañuelos de infinitos colores, de sus piernas largas, de sus mil olores, de las tardes en su casa.

Me acordé de que conocerla me dio vida, y de que yo, en cambio, no le di nada.

Más que mis palabras huecas y vacías que trataban de conquistarla.

De atraparla.

Porque era tan dulce, la pequeña Marta.

El brillo de sus ojos.

Tan frágil.

Tan ella.

Y tan otra.

Un día se alejó de mí. Como lo había hecho antes de otros amantes. Yo ya sabía que me abandonaría.

Tomó sus maletas y, con su sonrisa enigmática y sus buenas formas, impecables, me borró de su vida. Un adiós sutil. Silencioso. Dulce, incluso. No pudo aflorar la tristeza siquiera. Marta era tan elegante.

Fue una mañana. Me desperté al oír un ruido. Me giré para ver su preciosa cara. Su cara de porcelana. Sus ojos de japonesa.

Sólo encontré su aroma.

Y la huella de su cabeza sobre la almohada. Blanca. Pura.

Y a mí, solo.

Tal vez habría podido conseguir que se hubiese quedado conmigo si no me hubiera comportado de un modo tan extraño con ella. O si me hubiera dedicado a algo más ´atractivo´ que a coleccionar relojes antiguos y venderlos. Tal vez habríamos sido felices juntos. Y habríamos tenido tres, cuatro, cinco hijos. Todos con su sonrisa. Con su ser.

La señora apaga el ipad. Se asoma a la ventana y descubre ese mundo paralelo constituido por todo aquello que está sobre las nubes. Es el mundo, el mismo, que yo conocí a través de Marta. El cielo está azul. Ya no se ven las casas. Hemos perdido la vista de las ciudades en miniatura. Ahora sólo quedamos el recuerdo de ese mundo y yo, y, sin quererlo, la espera de volver a encontrarlo al aterrizar en mi destino.

Noticias relacionadas

La Transición sin nostalgias
España · Carmen Martínez | 0
El Rey dijo que la democracia no es solo un procedimiento, sino la búsqueda leal y conjunta de aquello que sirva mejor al bien común. ...
24 noviembre 2025 | Me gusta 1
50 años de una Monarquía donde cabemos todos
España · Juan Carlos Hernández | 0
Una de las ventajas principales de la Monarquía es proporcionar al país algo que no se pone en cuestión, lo cual permite, sin demasiado riesgo, poner en cuestión “casi” todo lo demás....
21 noviembre 2025 | Me gusta 3
Contra el faxismo
España · A. Martínez Illán | 0
José Ismael Martínez García, periodista de El Español, ha sido agredido brutalmente por varios jóvenes encapuchados durante una manifestación. Los neoborrokas de GKS tienen modos cada vez más organizados y, a la vez, de viejos fascistas para sus marchas antifaxistas. ...
5 noviembre 2025 | Me gusta 2
García Ortiz y la erosión de la democracia
España · Carmen Martínez | 0
El juez que ha instruido el caso considera que hay indicios suficientes para pensar que García Ortiz fue el que filtró la información y que puede haber incurrido en un delito de revelación de secretos. ...
3 noviembre 2025 | Me gusta 1