El pop español de los 60 pierde a dos de sus leyendas

Las muertes, en solo tres días, de Junior, voz y alma de los primeros Brincos, y Alfonso Sáinz, miembro fundador de Los Pekenikes, han traído a la actualidad informativa a dos de los principales grupos de la historia del pop español y desde luego de la década de 1960. Flamenco, Mejor o Hilo de seda, por citar algunas de sus canciones más populares, están, sin duda, entre lo mejor de la música ligera española de todos los tiempos. Junior, que formó parte también de los primitivos Pekenikes, falleció el 15 de abril, a los 70 años, y Sáinz el 17, a los 71.

Alfonso Sáinz (Alicante, 1943), su hermano Lucas e Ignacio Martín Sequeros, que sigue siendo el eje vertebrador del grupo tras casi 45 años, reunieron a algunos compañeros del instituto Ramiro de Maeztu de Madrid y formaron Los Pekenikes en 1959. Entre sus primeros vocalistas figuraron Junior y el también futuro Brinco Juan Pardo. Pronto actuaron en Televisión Española y consiguieron el primer disco de oro que se entregó en España. En junio de 1965 fueron teloneros de Los Beatles en el concierto ofrecido en Madrid por el ya famosísimo conjunto inglés.

Alfonso Sáinz y Los Pekenikes interpretaron una música pop menos convencional que los grupos nacidos en las décadas de los 50 y 60 del pasado siglo. Además de las guitarras eléctricas comunes a la mayoría de los conjuntos, en sus canciones sonaban el saxo, la flauta, el trombón y otros varios instrumentos; se apoyaban poco en las voces. Sus piezas, que en una primera etapa versionaban antiguos éxitos populares, fueron evolucionando hacía la música fender que popularizó The Shadows en el Reino Unido. Finalmente, practicaron lo que se dio en llamar “sonido pekenike”. Aunque en un principio tocaba el saxofón, Alfonso Sáinz se manifestó como un gran compositor.

Los éxitos llegaron pronto. Sus títulos y su música instrumental los distinguía de lo convencional. Alfonso, principalmente, Lucas, Ignacio y Tony Luz firmaron la mayoría de ellos. A Hilo de seda –su éxito más universal– siguieron temas como Lady Pepa, Frente a Palacio, Embustero y bailarín, Robín Hood, Troncos huecos, La vieja fuente o Trapos viejos o Palomitas de maíz, versión de Popcorn, original de Gershon Kingsley. Además de Junior y Juan Pardo, por el grupo pasaron otros ilustres nombres como Luis Eduardo Aute o Eddy Guzmán.

Antonio Morales, conocido como Junior (Manila, 1943), formó Los Brincos en 1964 con Juan Pardo, Manolo González y Fernando Arbex. La banda era una especie de supergrupo de la prehistoria del pop español, pensada hasta el último detalle para triunfar en el país e, incluso, en Europa, aunque el gran éxito internacional del pop español en los años 60 lo consiguieran Los Bravos con Black is Black, número 2 en Inglaterra y 4 en EEUU.

Pero los números 1 en España no tardaron en llegar: Flamenco (1964), Borracho (1965), Tú me dijiste adiós (1965), Un sorbito de champán (1966). Otros éxitos de Los Brincos fueron las recordadas Nadie te quiere ya, Mejor, Lola o El pasaporte.

Juan Pardo y Morales se separaron del grupo en 1966 para cantar juntos bajo sus propios nombres. A pesar de su breve trayectoria (apenas tres años), la pareja siguió conformando la identidad del pop nacional, con temas como La caza y Anduriña.

Cuando se separó de Pardo, Junior inició una irregular carrera en solitario a caballo entre España y Filipinas. Aunque su principal actividad consistió en ejercer de pareja de la también cantante y actriz Rocío Dúrcal, con la que estuvo casado desde 1970 hasta el fallecimiento de ésta, en 2006, y con la que tuvo tres hijos, entre ellos la actriz Carmen Morales y la cantante Shaila Dúrcal.

Frente al sobresaliente, pero también sobrevalorado, pop español de los 80, Los Pekenikes y Los Brincos protagonizaron dos de los más brillantes episodios de la historia de la música popular en nuestro país.