El poder corrompe
Un segundo aspecto del problema tiene que ver con el tejido productivo, industrial y económico de España: quizás no son muchas empresas las que vivan a costa de los Diarios Oficiales (estatal, autonómicos y locales) pero el peso que suponen en el PIB es abismal. Si los empresarios viven más de contactos en el sector público que de eficiencia y eficacia en la competencia en el mercado está claro cuáles son las fórmulas para conseguir concesiones administrativas, subvenciones y demás.
El tercer punto tiene que ver con la cultura ciudadana, nuestra falta de interés en la ´res pública´: si no apoyamos (también con el bolsillo) las iniciativas sociales, culturales y económicas dignas de apoyo ¿cómo tenemos la cara de quejarnos de las consecuencias de nuestra dejadez?
Y, por último, hay que tener en cuenta que probablemente estemos asistiendo al hundimiento de toda una civilización de modo paralelo al que asistió San Agustín hace tantos siglos, y fue este santo el que dejó escrito aquello de que un gobierno sin justicia no es sino una banda de ladrones.