´El PNV sabe que la independencia es inviable porque los dejaría fuera de la UE´
El profesor y economista Mikel Buesa analiza para PáginasDigital el reciente pacto de gobierno entre el PNV y el PSE en el País Vasco.
El reciente pacto entre PNV y PSE plantea, entre otros aspectos, una reforma del estatuto de Guernica. ¿Se está más cerca de la autodeterminación?
No lo creo, aunque dependerá del planteamiento que finalmente se haga del tema en función de los acontecimientos y de la discusión política entre los nacionalistas. Es claro que Bildu y Podemos, que en esto son bastante simplistas, hacen de la autodeterminación su bandera. Sin embargo, el PNV parece que preferiría un País Vasco dentro de España aunque reconocido como entidad nacional y, por tanto, con una relación bilateral con el Estado. Es verdad que el PNV no ha clarificado demasiado sus pretensiones ni ha definido de manera nítida su proyecto. Pero en el PNV saben y asumen que la independencia es inviable porque dejaría a los vascos fuera de la Unión Europea, y que la independencia sólo tiene la adhesión de una cuarta parte de la población vasca. Y en consecuencia, no han hecho desde hace tiempo ningún planteamiento secesionista, seguramente también porque recuerdan que el último intento en ese sentido (el Plan Ibarretxe) le condujo a perder el poder (o sea, a la catástrofe). En resumen, me parece que en estos asuntos conviene no simplificar las cosas. Ello no obsta para que considere que el PSE ha hecho demasiadas cesiones en su pacto con el PNV, especialmente en el terreno simbólico y en el reconocimiento del planteamiento nacionalista.
La política de dispersión de presos de la ETA se realizó en un contexto de fuerte presión de la banda terrorista. Ahora esa presión ha disminuido al menos en sus expresiones más sanguinarias ¿Sería un momento adecuado para el acercamiento de presos bajo determinadas condiciones? ¿Sería fiable un gobierno PNV-PSE con las competencias de prisiones en este contexto?
La dispersión de los presos de ETA debe, en mi opinión, mantenerse mientras ETA no se disuelva y siga aspirando a ser un interlocutor político. Otra cosa distinta sería que, entre esos presos, se promoviera la desvinculación con respecto a la organización terrorista, de manera que uno de sus frutos fuera el acercamiento al País Vasco e incluso una rebaja de penas. Puntualizo que una política de este tipo debería realizarse mediante una ley específica (no mediante una relajación de los criterios con los que se aplica el actual código penal o mediante un ´hacer la vista gorda´) circunscrita únicamente a los miembros de ETA que no son responsables de asesinatos (por tanto, dejando fuera a los dirigentes y a los ejecutores de atentados con resultado de muerte o heridos). Actualmente hay unos 290 etarras en prisión dentro de España y otros 100 en Francia. De ellos, sólo unos 150 carecen de delitos de sangre, por lo que una política como la que acabo de enunciar tiene un alcance limitado.
Un tema diferente es el de la competencia de prisiones. Me parece que, en este tema, la desconfianza tiene alguna base, aunque también es cierto que la moderación actual del PNV no haya que desconocerla. Por otra parte, los encarcelados por terrorismo están controlados por el juez de vigilancia penitenciaria de la Audiencia Nacional, lo que limita las posibilidades de actuación, en el caso de que hubiera etarras en las cárceles vascas, de la administración regional si se transfiriera la competencia de prisiones. En estas circunstancias, pienso que el tema no debe descartarse a priori, pero también debe ser tomado con mucha prudencia y parsimonia.
Aparte de las cuestiones relacionadas con el fin de la violencia y las tensiones nacionalistas de las que ya hemos hablado, ¿cuáles son los aspectos que debe afrontar el nuevo gobierno PNV-PSE a nivel económico y social?
Los asuntos fundamentales para el nuevo Gobierno vasco deben ser, en mi opinión, los que conciernen a la economía, en especial a la política industrial y al impulso de la innovación, además de al empleo.
¿Puede el PSE convertirse en un partido satélite del PSOE análogo al PSC?
No lo creo, aunque con la actual debilidad orgánica del PSOE existe ese riesgo.
¿Por qué le es tan difícil al PSOE pactar con el PP y, sin embargo, no se encuentran los mismos obstáculos para pactar con el PNV?
Se trata de un problema ideológico bastante singular, por cierto, porque se deriva de la desideologización del partido socialista. El PSOE no ha sabido renovar el discurso socialdemócrata adaptándolo a una situación como la actual en la que se juntan la crisis con los efectos de la globalización y la integración europea. De hecho, se ha ido vaciando de ideas y de propuestas, hasta el punto de que, como dijo hace unos días Felipe González refiriéndose a Pedro Sánchez, sus dirigentes no son capaces de hablar más de media hora sobre su proyecto político. Por eso, el partido ha acabado definiéndose por negación de su principal oponente: ¿qué soy yo?, se preguntan; lo contrario que el PP, responden. Y de ahí se salta al personalismo, al anti-Rajoy. Pero la negación no es nada desde el punto de vista político, no tiene un programa sólido, no va más allá de derogar lo que ha hecho el PP. Es esta situación incapacitante la que conduce a la enorme dificultad para buscar el acuerdo con la derecha nacional. Pero no con la derecha nacionalista porque se identifica a ésta con la oposición al Estado y a quien lo gobierna (o sea, el PP). Es realmente paradójico y absurdo, pero es real.