El paradigma del Constitucional
Sala en los tiempos de Felipe González criticó la conocida como ley Corcuera, la de la patada en la puerta, por vulnerar derechos. Pero de eso hace casi 20 años, desde entonces no se recuerda que haya dicho una palabra crítica ni formulado un voto particular contra una disposición socialista ni en el Tribunal Supremo, ni en el Consejo General del Poder Judicial ni en el Tribunal de Cuentas. Manuel Aragón, designado a propuesta de los socialistas, hubiera dado otro sesgo. Pero a Aragón, azañista donde los haya, no se le ha perdonado su posición crítica con el Estatuto de Cataluña.
Se aleja así la posibilidad de que haya una sentencia del Tribunal Constitucional contraria a la ley del aborto. En este momento hay 7 magistrados favorables al Gobierno y 4 críticos. En el caso del aborto el ya vicepresidente Eugenio Gay, católico de izquierdas, votaría contra la ley. Si Manuel Aragón también votase contra el Gobierno la mayoría podría inclinarse a favor del recurso del PP. Pero si se hace necesario el voto de calidad de Pascual Sala, la ley pasará sin problemas. Lo que ha sucedido en el Constitucional es un buen paradigma de cómo va a acabar la legislatura. El socialismo de Zapatero no va a darse por rendido hasta el final. Y, en cualquier caso, va a dejar preñadas las instituciones de su gente.