El Pacto del Nazareno, bajo sospecha
Así, el decreto aprobado hace unas semanas por el Ejecutivo de Renzi afirmaba que no se consideraba ´punible´ la evasión de impuestos sobre la renta si no superaba el 3% de la renta imponible declarada. Por otra parte, también quedaría despenalizada la evasión cuando el importe del Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) no satisfecho fuera no superior al 3% del total declarado.
Rápidamente los enemigos de Renzi le acusaron de haber promovido un ´apaño legal´ destinado a favorecer a Berlusconi, que tiene importantes problemas con el fisco italiano y que desde hace casi un año cumple servicios sociales en función de un sentencia firme de los tribunales italianos, que le acusaron, y por ello condenaron, de haber cometido delito fiscal en un tema relacionado con la compraventa de derechos de películas estadonunidenses durante la década de los noventa. Ante estas acusaciones, Renzi reaccionó con rapidez afirmando lo siguiente: ´Si alguien se imagina que con esta iniciativa había algún tipo de intercambio, no hay problema. Lo paramos aquí, esta norma la enviaremos al Parlamentos solo tras la elección del Quirinal´, en clara referencia a la designación del Presidente de la República italiana tras la anunciada dimisión del actual Presidente, Giorgio Napolitano.
Lo cierto es que Renzi se encuentra ante un momento clave desde que aceptó la presidencia del Consejo de Ministros, ya que es al Gobierno a quien corresponde proponer el candidato a ocupar la Presidencia de la República, y este tema, en caso de finalizar con una falta de acuerdo, le podría costar el cargo al político toscano. No hay más que recordar el precedente de dos años atrás, cuando Pier Luigi Bersani, entonces Secretario General del PD y vencedor en las elecciones generales de febrero de 2013, no fue capaz de imponer a su candidato (el sindicalista Franco Marini) y tuvo que acabar renunciado a presidir el Consejo de Ministros. Ahora Renzi no quiere que le suceda lo mismo, y menos aún cuando se haya inmerso en un amplio proceso de reformas. Sin embargo, también sabe que en su partido va a haber un sector que va a votar en contra de lo que proponga Renzi, y que por tanto los apoyos del partido de Berlusconi pueden acabar siendo decisivos en una votación que se prevé muy apretada. Y lo que todos piensan es que Berlusconi y Renzi llevan negociando desde hace unos meses este consenso entre ambos partidos, a sabiendas de que la dimisión de Napolitano estaba en el aire, y por tanto la pregunta es qué ha pedido Berlusconi a cambio en virtud del ya citado ´Pacto del Nazareno´.
Como vemos, la espadas se encuentra en todo lo alto y a Matteo Renzi no se le va a resultar nada fácil salir airoso del envite. Sus enemigos están al acecho, y creen que, de momento, han puesto en aprietos el pacto entre Berlusconi y Renzi. Veremos en qué termina todo ésto, pero será definitivo para el futuro político inmediato del actual Primer Ministro italiano.