El otro es un bien, también en política
«La situación actual es el resultado de la percepción del adversario político como un enemigo, cuya influencia debe ser neutralizada o por lo menos reducida a la mínima expresión. En la historia europea del pasado siglo tenemos documentación suficiente de los intentos análogos de las distintas ideologías de eliminarse mutuamente, que han llevado a poblaciones enteras a terribles sufrimientos. Pero el resultado de estos esfuerzos ha llevado a una constatación evidente: es imposible reducir al otro a cero. Esta evidencia, junto al deseo de paz que nadie puede eliminar del corazón de cada hombre, es lo que sugirió los primeros pasos de ese milagro que se llama Europa unida», señala Carrón.
Y añade: «estoy convencido de que si no encuentra espacio en nosotros la experiencia elemental de que el otro es un bien para la plenitud de nuestro yo, y no un obstáculo, será difícil salir de la situación en la que nos encontramos, tanto en la política como en las relaciones humanas y sociales. Reconocer al otro es la verdadera victoria para cada uno y para todos. Los primeros que están llamados a recorrer ese camino, como ha sucedido en el pasado, son precisamente los políticos católicos».
El presidente de la fraternidad de Comunión y Liberación sostiene que, en estas circunstancias, la mayor aportación que puede hacer la Iglesia, es el testimonio de Cristo resucitado: «Sin la experiencia de una positividad real, capaz de abrazar todo y a todos, no es posible volver a empezar».