El origen del impulso de la libertad (IV)
Este origen en el mundo está en Occidente, al haberla difundido por todos los rincones del mundo. No existen diferencias para explicar un dato que es común a toda la Humanidad entera, y la iguala, y es que el anhelo que siente el hombre por la libertad brota desde todos y cada uno de sus poros, y además es un anhelo infinito. La noción de infinito está en el corazón humano, y su anhelo es insaciable desde lo exclusivamente físico-tangible. Con base a esta estructura del corazón humano, que parece estar hecho de retales de infinito, surgió en la Historia una novedad increíble de la mano de Jesús. Una certeza que apuntala hoy día el anhelo dibujado: “Se me ha dado poder en el cielo y en la tierra. Id y haced discípulos de todos los pueblos” (Mt 28,118), y “Seréis mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria y hasta los confines del mundo” (Hech. 1,8). Aquí Occidente nació a la causa de lo universal. La libertad es el arquetipo de causa universal.