El nuevo Egipto sigue asesinando cristianos

Mundo · Macarena Cotelo
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9 mayo 2011
Este fin de semana han muerto asesinados en El Cairo 12 cristianos egipcios. Lo acontecido no es un episodio aislado, tiene precedentes recientes, sin ir más lejos en el mes de marzo, en que murieron 13 personas, y el 1 de enero de este año, en el que una bomba colocada en una iglesia de Alejandría se cobró 21 vidas. Todos estos actos violentos parten de la iniciativa de grupos musulmanes radicales que no aceptan la posibilidad de que personas que profesaban el islam se conviertan al cristianismo. Lo más novedoso es la reacción por parte de la población cristiana, a la que estamos viendo manifestarse públicamente en defensa de sus derechos, pese a ser una minoría -en torno al 10% de la población- en el país.

En la época de Mubarak los cristianos ya venían experimentando la discriminación y la falta de libertad. El informe sobre libertad religiosa que publica la organización Ayuda a la Iglesia Necesitada aporta casos muy ilustrativos al respecto. Sin duda uno de los temas más conflictivos es el de la conversión del islam al cristianismo. Aunque la Constitución egipcia reconoce la libertad religiosa en su artículo 46, la mayoría de los conversos permanecen ocultos por miedo a las represalias. Se han dado casos de personas que han acudido a los tribunales en ese país para demandar que se reconociera su derecho, y no sólo el tribunal no le ha dado la razón sino que se han encontrado con fatwas que les condenaban a muerte.

Los responsables de los actos violentos suelen ser grupos minoritarios. Pero terminar con la discriminación y respetar la libertad de los grupos sociales es una responsabilidad y un desafío que debe afrontar el nuevo régimen que surja de este proceso de cambios que atraviesa Egipto. No puede haber una verdadera democracia sin una auténtica libertad religiosa.

Los Hermanos Musulmanes hasta ahora han condenado este tipo de enfrentamientos, que sin duda ponen el peligro los cambios que el país debe abordar. Está claro que para acometer un proyecto común deben superarse unas diferencias que tienden a resolverse cada vez con más frecuencia mediante la violencia y la muerte.

Macarena Cotelo es directora de proyectos de la Fundación Promoción Social para la Cultura

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