El naufragio del deseo

Cultura · Diego Salgar Espinosa
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10 octubre 2013
Álvaro Mutis (1923-2013) fue un novelista y poeta colombiano, considerado uno de los escritores hispanoamericanos contemporáneos más importantes. A lo largo de sus 90 años recibió numerosos premios y reconocimientos. Dió una conferencia titulada ´La desesperanza´, donde se sobreentiende que, según Mutis, el verdadero poeta vive en el exilio; su soledad, su desarraigo son consecuencias de una forma de entender la historia y el efímero paso del hombre sobre la tierra.

“Cada poema un lento naufragio del deseo,

un crujir de los mástiles y jarcias

que sostienen el peso de la vida.”

Álvaro Mutis, “Cada Poema”

“No mezcles tu miseria en los asuntos de cada día.

Aprende a guardarla para las horas de tu solaz

y teje con ella la verdadera,

la sola materia perdurable

de tu episodio sobre la tierra.”

Álvaro Mutis, “Grieta Matinal”

Acercarse a una obra de Mutis es recorrer una galería de paisajes tropicales que tienen su centro en Coello, una pequeña población del departamento del Tolima, sobre el Río Magdalena. Desde allí no solo se recorre el río o la Cordillera Central de los Andes Colombianos, sino que se va también mar adentro y se pasea por Europa y, sin embargo, los lugares son solo una excusa para sus personajes.

Mutis, a lo largo de sus 90 años recibió numerosos premios y reconocimientos, como los premios Médicis Étranger y Roger Caillois de Francia, los Premios Nonino, Ciudad de Tieste de Poesía y Rossone d’Oro de Italia y los premios más importantes que se dan a los escritores en lengua española: el Príncipe de Asturias y el Cervantes, además de varios más en Colombia y México.

Para entender cómo una obra definitivamente marcada por la geografía colombiana puede llegar a ser universal, conversamos con Diana Paola Guzmán, PHD en Literatura de la Universidad de Antioquia. El primer punto que aclara, es que los personajes de Mutis son habitantes de un espacio al que no pertenecen, son viajeros constantes. La referencia obligada es Macqroll, el gaviero, protagonista de la mayoría de sus novelas. Se trata de un intelectual y aventurero europeo a quien le apasionan las montañas colombianas y la cercanía del Magdalena. A pesar de que en sus aventuras suele relacionarse con todo tipo de personajes ilegales, la narrativa de Mutis es pausada y las escenas terminan sucediéndose como pinturas. Pero no es el calor del trópico lo que le interesa, ni la exuberante vegetación, a Mutis le interesa el hombre en cuanto tal.

El diálogo se mueve, entonces, de la geografía a la esencia del ser humano. Maqcroll es una idea de individuo de su época, no coincide con el tiempo ni con los lugares en donde lo pone Mutis. Es como poner al ser anónimo de la modernidad en la premodernidad rural de la Colombia de mitad del siglo XX, dice Diana. Maqcroll no espera nada, porque para Mutis, a mayor lucidez mayor desesperanza y a mayor desesperanza mayor posibilidad de ser lúcido, y entonces, el gaviero y sus amigos siempre tienen un aire de cinismo del que no se logran desprender, ni siquiera frente a los acontecimientos dolorosos. Hay una denuncia evidente al proponer un personaje desarraigado, que viaja sin mayores pertenencias y que no busca asirse a nada, pero al que se le da cierto tratamiento heroico. Es como si dijera que todos los avances tecnológicos, políticos y sociales, todas las comodidades y posibilidades de las ciudades, solo son espejismos, porque al final, al hombre no le queda la nada.

Lo que sucede en las novelas de Mutis, al igual que en sus poemas, es lo que sucede en sus personajes y por ello sus descripciones precisas y hermosas están constantemente tocadas por la nostalgia, la del forastero, pero sobre todo la del ser humano que no ha encontrado nada que lo cumpla y por ende se sume en una tristeza cínica de la que no logra evadirse aunque trasiegue medio mundo y se esconda entre las montañas de los Andes. Así, Maqcroll es el hombre, que se sabe de paso por la vida y que cree, además, haber resuelto la pregunta fundamental por el sentido. Le quedan sus gustos, en su mayoría exquisitos y refinados; sus placeres sencillos; y sus pocas, pero fuertes amistades.

Estos temas, continúa contando Diana, no eran los temas de la literatura colombiana de la época, más interesada en el compromiso político y en la construcción de una cierta identidad nacional. Por ello, Mutis no fue bien recibido entre los escritores contemporáneos, salvo por su gran amigo Gabriel García Márquez. Habiendo sido hijo de diplomático y miembro de una familia con una posición social importante, era visto como un escritor burgués, que no entendía su país. Ciertamente, a Mutis la política no le interesó al punto en que nunca votó. Por ende, su literatura está lejos de la denuncia social que buscaba reivindicar a los menos favorecidos por el sistema. No le interesan los discursos ideológicos, no quiere cambiar el mundo ni rescatar nada, porque nada vale la pena. De alguna forma termina planteando un volver del hombre sobre sí, dejando al mundo de lado.

Pero el deseo no muere por más que se le ignore o se le quiera acabar. La obra de Mutis es contradictoria en sí misma, tanto por la contraposición de sus personajes con los lugares en donde los pone, como por su intensión de expresar la desesperanza y la nostalgia que encuentra quien logra la lucidez que proclama, a través de una prosa o unos versos que inevitablemente invitan a la belleza. En este sentido, parece un típico escritor del modernismo americano, dice Diana. Por una parte, busca constantemente la perfección formal, tanto en su prosa como en sus versos, sus temas son exóticos y explora de forma insistente los valores sensoriales. Y por otra parte, hay una evidente distancia de la realidad cotidiana que se hace evidente en esa huida de los personajes dentro de sí mismos, así como en actitudes aristocráticas y un acercamiento a la belleza a partir de imágenes plásticas en las que el color y los tonos son fundamentales. Todas estas, características típicas de aquel movimiento literario de finales del siglo XIX.

Concluyendo nuestra conversación, Diana afirma que así como Maqcroll, también Mutis fue un trashumante al que no le interesaron los lugares, uno que vivió creyendo saber de qué se trataba la vida, un desesperanzado que vivió la contradicción del sin sentido hasta los 90 años. Me queda una última pregunta imposible de responder desde su literatura ¿qué puede sostener una vida así?

P.D. Novelas destacadas de Mutis: La mansión de la Araucaima, La nieve del Almirante, Ilona llega con la lluvia, Un bel morir, Abdul Bashur, soñador de navíos y Tríptico de mar y tierra.

Para leer algunos poemas de Mutis se puede entrar a la página de la Casa de Poesía Silva, en la siguiente url: http://www.casadepoesiasilva.com/mutis.htm

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