El marketing orientado a la paz funcionaría mejor si personajes públicos hablan de paz y de propuestas concretas
El libro de Kotler Marketing Management es el libro de texto de marketing más utilizado en todo el mundo. Esta es una entrevista centrada en su visión de la paz en el mundo y los límites del marketing y el corazón humano.
En sus libros y trabajos, usted se ha interesado por la construcción del bien común, por el «marketing social» (campañas para movilizar a la gente voluntariamente por una causa que mejore su vida y la de la comunidad) y, también, por la paz. «¿Se puede comercializar la paz?», le preguntaron una vez, ¿por qué su interés por la paz?
Crecí durante la Segunda Guerra Mundial y vi el enorme número de vidas que se perdieron. Luego visité Japón y más tarde Hiroshima y me di cuenta del terrible poder de la bomba nuclear.
No podemos limitarnos a predicar la paz. Tenemos que centrarnos en detener las guerras actuales. Cada guerra necesita que un equipo de diplomáticos de la ONU haga lo que pueda en esa situación.
¿La mencionada «paz comercializada» (“MARKETED PEACE”) es una especie de «PAX ROMANA» o «PAX MERCATORIA»? Es decir, una especie de «statu quo» sin guerra, sin conflicto, que permita los intercambios comerciales entre personas, empresas, países y regiones…
Hay que confiar a una institución, en este caso las Naciones Unidas, la responsabilidad de construir un mundo pacífico. La ONU debería preparar unas fuerzas armadas de la ONU que vaya a cada país en guerra para conseguir la paz.
Mientras preparaba esta entrevista, hablé con un buen amigo mío que dirige el marketing en una empresa mundial de muebles. Me pidió que nombrara tres marcas de leche. Le contesté. Me dijo que las otras marcas, por mucho esfuerzo de marketing que hicieran, apenas tendrían impacto en mí, simplemente no estaban en mi mente. Así que, tal vez, la paz no está en la mente de la gente, en nuestros corazones.
Hay miles de grupos pacifistas organizados en todo el mundo que difunden mensajes de paz. Tienen que señalar específicamente a los «asesinos de la paz» ante su público. Esperemos que esto reduzca el poder de los grupos malvados.
En su blog se hace eco de la terrible situación bélica en el mundo, del drama de las luchas electorales, de la terrible polarización mediante técnicas de marketing, del odio en el lenguaje, de la ausencia de convivencia, de cómo tratamos la Casa Común, el planeta… Hace una serie de preguntas muy relevantes para tratar de entender las causas de la guerra, las fuentes del odio, buscando las condiciones para la paz, la justicia social, la libertad.
Recuerdo un diálogo de una película de los hermanos Cohen que es «Las fuerzas que mueven el mundo son las mismas que mueven el corazón del hombre». ¿Es óptima la metodología del marketing para cambiar el corazón del hombre, por ejemplo, a través de una «campaña de marketing pacificador» global, o quizás, como dijo el reverendo Billy Graham, el programa son las Bienaventuranzas, empezando por ser pacificadores en casa, en la comunidad, en la iglesia, en el trabajo y en la escena internacional («Secret of Hapiness»)?
El marketing orientado a la paz funcionaría mejor si convencemos a personajes públicos queridos para que hablen de paz y de propuestas concretas.
¿Podría definirse el marketing como una relación con el otro, basada en el respeto, o, si se me permite utilizar este lenguaje, el marketing consiste en gastar mucho dinero para conseguir en nuestras mentes un vínculo entre, por un lado, nuestros deseos y/o necesidades creadas-reales y, por otro lado, productos/servicios- ahora a través de la digitalización?
El marketing es bueno vendiendo productos, pero pobre en la venta de Grandes Ideas, como el Amor, la Caridad, la Bondad. Espero que alguien como usted pueda abordar la cuestión de cómo mejorar la capacidad del marketing para vender Grandes Ideas.