`El libro de Carrón, la primera respuesta completa`
El libro La belleza desarmada de Julián Carrón se presenta el próximo lunes 28 de noviembre en Madrid. El periodista José Francisco Serrano comenta su contenido en esta entrevista a Páginas Digital.
En un artículo que escribió en ABC decía que la visita de Julián Carrón para presentar su libro “La belleza desarmada” había sido provocadora. ¿Por qué él libro de Carrón es una provocación? ¿Por qué es interesante este libro en un momento como este?
El pontificado del Papa Francisco supone una interpelación de primer orden a la conciencia cristiana, tanto respecto a las prioridades de los contenidos de la propuesta como a la forma del testimonio público de la fe y de sus consecuencias. El libro de Carrón es, según mi modo de ver, la primera respuesta completa sobre cuáles son los fundamentos de referencia de esa nueva forma de testimonio de la esperanza que exige el cambio de época en el que estamos inmersos. Ante un tiempo que se ha acabado y uno que no acaba de nacer, Carrón nos interpela en primera persona y nos zarandea para que no nos quedemos satisfechos en las rutinas a las que nos hemos acostumbrado, en la instituciones en las que nos hemos recostado. Carrón nos pide una parada en activo, un momento de reflexión activa, un examen de conciencia sobre cómo formulamos la propuesta, sobre la relación entre la realidad y las expectativas, dos ámbitos en los que nos jugamos siempre la felicidad. Por cierto, se podría decir que este libro es una pequeña contribución a la reforma de la vida cristiana, que es parte de la de la Iglesia.
Una de las preguntas clave que aparece en el libro es si un hombre culto de nuestros días puede seguir creyendo. ¿Es razonable la fe hoy?
La cuestión que plantea el libro es cuál es la racionalidad interna de la fe y cuál es la racionalidad predominante en el mundo en orden al diálogo y al encuentro. Cuando hablamos de racionalidad estamos hablando de la capacidad de percibir el sentido, de expresar el sentido y de converger en una propuesta de sentido, tanto personal como social. La racionalidad, por ejemplo, especulativa, escolástica, que puede partir de un santo Tomás de Aquino no bien digerido y que nos puede llevar a un idealismo más o menos hegeliano, a la hora de formular el testimonio público, nos ha podido conducir al filo del abismo de las ideas y de las tentaciones de convertir la fe en ideología. Lo mismo ocurre en esta tentación especulativa de la fe con la cuestión moral. De ahí que Carrón nos pregunte sobre qué marcos cognitivos, expresivos, lingüísticos, conceptuales, elaboramos y articulamos la racionalidad creyente. Un dato: qué capacidad tenemos de generar lenguajes que sean comprensibles en el contexto vital de nuestro tiempo; hasta qué punto argumentaciones silogísticas sobre cuestiones disputadas de la sociedad civil nos impiden un diálogo público que sea percibido de forma adecuada para la propuesta.
Cuando presentó el libro a la prensa Carrón decía: ´No hay otra posibilidad de que el cristianismo pueda ser presentado si no es con una belleza desarmada´. ¿Qué le parece esta afirmación?
Carrón, y en esto sigue a Giussani después de su vuelta de Norteamerica -con perdón por esta exégesis de la vida y pensamiento de Giussani-, abre en este libro la reflexión a la vía estética del testimonio y a la actualización de esa vía estética como condición de viabilidad. La belleza desarmada también de una belleza sin adherencias, sin los oropeles de los géneros y formas de una historia pasada que han hecho decir a no pocos de nuestros contemporáneos que la belleza de la fe era una buena pieza de museo, casi una reliquia. La belleza de la fe nace de la misma experiencia de la fe. Es por tanto también una invitación a recuperar la experiencia auténtica.
Carrón en uno de los primeros capítulos hace una afirmación casi escandalosa: la conciencia de que el otro es un bien es la base sobre la que se puede construir Europa. ¿Qué le parece?
Una de las lecciones de la pedagogía implícita que se contiene en este libro es la de la pedagogía de la mirada. El otro como el humano presente, como el humano viviente, y el otro como el concreto viviente que sufre y lanza un grito. Sólo te diré que he puesto, mentalmente, este libro a dialogar con los dos de un autor de moda que, para mí, representa una de la más grandes interpelaciones culturales, a la fe, en general y a la fe cristiana. Me estoy refiriendo al pensador de Oxford Yuval Noah Harari, su ´Homo Deus´, después de su ´Homo sapiens´, son dos de los aldabonazos más fuertes al pensamiento cristiano y a la teología. Y, en es diálogo, la ausencia de la belleza en la propuesta posthumanista de Harari queda purificada no solo desde la perspectiva de la adecuada teología de la creación, de la redención, sino también de la belleza.
El primer capítulo se titula ´¿Es posible un nuevo inicio?´. Usted también habla de un nuevo inicio en uno de sus artículos. ¿Es posible un nuevo inicio?
La vida cristiana es siempre un nuevo inicio, pero el nuevo inicio de la misericordia. Le pediría a Carrón que siga con la reflexión sobre la misericordia. Y desde esta perspectiva nos ayude a entender, a comprender, y sobre todo a vivir, cómo la misericordia como categoría rectora nos ayuda a empezar siempre de nuevo.