El Estado no es suficiente

La provocación lanzada por el secretario, que parece haber pasado desapercibida para muchos, es una ocasión de trabajo y diálogo que no debe desaprovecharse porque, ¿qué es en realidad "lo humano"? En el tema de la violencia, se privilegian con frecuencia los análisis socio-económicos y se cae en el error de pensar que si el Gobierno diera más dinero a los pobres el problema no existiría. Sin embargo, ¿somos "algo" más allá de nuestros antecedentes familiares, culturales y sociales? Esas evidencias y exigencias que nos constituyen y nos mueven cada día -de belleza, bondad, justicia, amor y felicidad-, ¿de dónde vienen? A veces, también se piensa ingenuamente que la solución es inculcar una ética o "educar en los valores". Pero descubrir el valor que tiene mi persona y cada aspecto de la realidad puede partir sólo de lo positivo que está al fondo de mí.
Tiene razón Gómez Mont al subrayar el papel de la sociedad en el combate a la violencia. Sin embargo, más que una tajante división de responsabilidades entre el Estado y la sociedad, la recuperación, protección y desarrollo de la persona, de "lo humano" que cada uno porta, es una tarea común en la que cada uno contribuye desde su ámbito. Por esto, además de exigir justamente que se esclarezcan y cesen las muertes de civiles inocentes, la sociedad tiene que recuperar su fuerza y vocación educativa. Y también por esto, el papel del Gobierno no se reduce al uso de la fuerza, sino sobre todo a la promoción de una libertad efectiva para las experiencias y realidades, desde los padres de familia hasta las comunidades religiosas, que a todos niveles acogen, construyen y rescatan lo humano.