El enemigo nos rodea
La Fiscalía ha pedido el archivo de las declaraciones de Ortega Smith, el secretario general de Vox, sobre los musulmanes en un mitin en Valencia en septiembre de 2018. “Seremos más fuertes que el enemigo común que tiene un nombre muy claro y no dejaré de decirlo en todas las intervenciones. Nuestro enemigo común, el enemigo de Europa, el enemigo de la libertad, el enemigo del progreso, el enemigo de la democracia, el enemigo de la familia, el enemigo de la vida, el enemigo del futuro se llama la invasión, se llama la invasión islamista”, fueron algunas de sus palabras.
La Fiscalía del Tribunal Supremo ha archivado las diligencias y asegura que no es delito de odio pero que el discurso es “inadecuado´, ´repulsivo´ y ´abominable´. Todos tenemos muy presentes las barbaridades cometidas por el yihadismo, por el islamismo radical. Pero eso no significa que todos los musulmanes sean enemigos de nadie. En España hay dos millones de musulmanes, la mayoría ha nacido en nuestro país. Ni todas las culturas ni todas las religiones son iguales, la cultura y la religión tiene que ser sometida al examen de lo razonable. Pero ni todos los musulmanes son enemigos, ni estamos rodeados de personas que conspiran contra nuestra cultura y tradición. La búsqueda de un enemigo no es síntoma de fortaleza sino un síntoma de debilidad. Tiene miedo del enemigo, fabrica enemigos quien no está seguro de su identidad. El problema no es solo de Vox y de su secretario general, Podemos ha puesto de moda el descalificativo fascista cuando no hay nadie que revindique el legado de Mussolini. Los enemigos fantasmas están por todos lados: ultraderecha, comunistas, feminazis, homófobos, rojos, azules, musulmanes, ateos, creyentes. Una España tan llena de enemigos fantasmas retrata nuestra debilidad, no sabemos quiénes somos, nuestra identidad es líquida y buscamos el conflicto para rellenar el vacío.