El deshielo del corazón
Me dicen de Torra que es mucho más dialogante y razonable que lo que escribe. No he tenido todavía ocasión de compartir con él un diálogo, pero parece ser por las fotografías que Pedro Sánchez, en La Moncloa, sí. Y las fotografías ya son algo. Algunos rememoran las difíciles conversaciones del president Tarradellas con el presidente Suárez, en las que aunque no se llegaba a nada, oficialmente convenían en declarar que habían sido un éxito.
Indudablemente, que el gato y el ratón de la batalla política en la brecha de España hoy sean capaces de pasear por un jardín y esbozar una sonrisa es un paso cuando veníamos de abucheos futboleros y caceroladas como argumento. El escenario, la fuente de las citas secretas de Antonio Machado, ahora convertidas en plató escénico y simbólico para la televisión. Indudablemente se ha llegado a poco: Torra llevaba el pertinaz lazo amarillo y Sánchez el marco obligado de la ley. Torra ha sido vapuleado por sus hooligans: “no se negocia con secuestradores”, le han echado textualmente en cara sus incondicionales. “Comités de defensa de la República”. A Sánchez, el partido Ciudadanos también. Han querido los de Ciudadanos enseñar la apertura al diálogo de Sánchez como una traición a una causa general, en su esfuerzo por ser vistos en un momento en el que Ciudadanos, tras su burbuja, empieza a contar ya cada vez menos.
Decía Torra tras la entrevista que los “temas sociales habían sido prioridades menores”. Pero hablando se entiende la gente, y todos esperamos que juntos empiecen a caer en la cuenta de lo que en la calle ya sabemos todos; que lo social, un pueblo dividido ahora en dos, necesita una solución y un diálogo precisamente “social” que hoy, con el ruido de la propaganda, todavía no existe. Ahí quedó la fuente de las citas con Guiomar, como recordándonos a todos que en Cataluña, una de las dos Españas nos está helando el corazón.