´El desabastecimiento de productos básicos supera el 40%´

Francisco Coello es sociólogo y analista político, además de profesor de la Universidad Católica Andrés Bello en Venezuela. En esta entrevista denuncia la “enorme injerencia de Cuba en el Estado venezolano, inaceptable para cualquier gobierno que respete su soberanía”, y afirma que las manifestaciones contra Nicolás Maduro son herencia de un proyecto totalitario iniciado por Chávez.

¿Cuál es la situación actual en las calles de Venezuela? ¿Continúan las protestas y la violencia?

Las protestas siguen en el país, las razones para esas protestas siguen en pie (desabastecimiento, delincuencia, inflación, desempleo, corrupción… y ahora hay que agregar los homicidios y violaciones a los derechos humanos de las últimas cuatro semanas). El rechazo del Gobierno a dialogar y entenderse con la otra mitad del país que se le opone no hace más que agravar la situación.

Parece que Nicolás Maduro está dispuesto a consolidar un proyecto de concentración de poderes en su persona, ¿cree que lo conseguirá?

Ese escenario es previo a la llegada de Maduro al poder, parte del ´legado´ de Chávez fue la de un país desinstitucionalizado, con los poderes públicos sometidos al Gobierno. El desafío que se propone Maduro es mantener ese estatus y avanzar en un proceso de mayor estatización y garantizar la continuación indefinida en el poder. Así como garantizar el suministro de recursos a sus aliados, en especial al Gobierno de Cuba cuya injerencia en el Estado venezolano es enorme, inaceptable para cualquier gobierno que respete su soberanía.

Un año después de la muerte de Chávez las comparaciones ponen en evidencia que Maduro no tiene el carisma que tenía Chávez, ¿eso ha animado a la gente a salir a la calle a protestar?

Desde luego que Maduro no dispone de la conexión que tenía Chávez con un sector importante de la población pero tampoco tiene cualidades políticas para hacer un manejo adecuado de la crisis, además la ´asesoría´ cubana no es la más apropiada para estas circunstancias. Lo que ha motivado las protestas son los resultados de catorce años de destrucción de las instituciones, las empresas, los sindicatos, de PDVSA, la producción agrícola con la expropiación de empresas, fincas y demás componentes de la economía, sumado a un clima de intolerancia y un discurso promotor de un apartheid para un gran sector de los venezolanos. Sencillamente esto le ocurre a Maduro porque Chávez falleció antes de que todo esto aflorara.

¿Qué pasos debería dar la oposición, tanto política como social, para hacer frente al avance del totalitarismo en Venezuela?

Fortalecer los partidos políticos, reforzar la coordinación de esfuerzos en torno a la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), continuar con las protestas masivas y pacíficas conectadas a problemas específicos de la población (delincuencia, salud pública, inflación) y continuar con la política de establecer puentes con todos los sectores de la población, puesto que esto no es un enfrentamiento izquierda-derecha, sino entre una nación y un gobierno de vocación totalitaria.

La crisis económica hace que la situación empeore considerablemente, ¿empiezan a escasear los productos de primera necesidad?

Luis Vicente León, director de Datanálisis, refería esta semana en un foro en la Universidad Católica Andrés Bello que el desabastecimiento de productos básicos supera el 40%. Maduro acaba de anunciar una tarjeta de racionamiento que aplicará en los supermercados que controla el gobierno, que es la muestra del fracaso cuando el Estado se mete en estos asuntos y además abre las puertas para nuevas formas de chantaje de la población utilizando las necesidades básicas de las familias.

¿Qué esperanza puede tener el pueblo venezolano?

Venezuela tiene una valiosa experiencia democrática que se expresa en varios indicadores: luego de catorce años de poder y de un Estado clientelar así como un gigantesco sistema de propaganda ilimitado, pues no hay contrapeso con medios independientes, al menos la mitad de la población se resiste a un proyecto totalitario; si observas las imágenes de enfrentamientos en las calles de Venezuela podrás confirmar que de un lado hay estudiantes, políticos y ciudadanos pero del otro hay Guardia Nacional y grupos paramilitares auspiciados por el gobierno. No hay ciudadanos simpatizantes del Gobierno enfrentándose con la oposición, a pesar de los llamados de los líderes oficialistas. Ese silencio de los venezolanos que han votado por el gobierno es un mensaje tanto para los políticos del PSUV como el resto del país, esos venezolanos no han comprado el discurso de la violencia.