El cuento de la princesa Kaguya

Cultura · Víctor Alvarado
COMPARTIR ARTÍCULO Compartir artículo
| Me gusta 722
14 marzo 2016
Una de los pocas producciones que pudo hacer sombra a la gran y positiva cinta de Disney el año pasado, Big Hero 6, en la lucha por el Oscar a la Mejor Película de Animación, fue El cuento de la princesa Kaguya, que por fin se ha estrenado en España. Una pareja de entrañables ancianos se encuentran a una niña diminuta y la cuidan con mimo hasta que se acaba convirtiendo en una guapa mujer, pretendida por todos, que esconde un secreto.

Una de los pocas producciones que pudo hacer sombra a la gran y positiva cinta de Disney el año pasado, Big Hero 6, en la lucha por el Oscar a la Mejor Película de Animación, fue El cuento de la princesa Kaguya, que por fin se ha estrenado en España. Una pareja de entrañables ancianos se encuentran a una niña diminuta y la cuidan con mimo hasta que se acaba convirtiendo en una guapa mujer, pretendida por todos, que esconde un secreto.

El encargado de llevar a cabo este proyecto ha sido Isao Takahata, uno de los estandartes de los estudios Ghibli junto al inolvidable Hayao Miyazaki. A este cineasta lo recordamos por un dramón de dibujos animados, llamado La tumba de las luciérnagas, así como obras maestras de la televisión como Heidi o Ana de las tejas verdes. Y si hace dos años se despidió Miyazaki con El viento se levanta, el año pasado fue el turno de la otra estrella del anime japonés que, en teoría, se despide con El cuento de la princesa Kaguya, basada en el cuento popular del siglo IX El cortador de bambú.

Sin embargo, no se engañen, el realizador de este largometraje hace un tipo de animación más apropiada para el público adulto que para el infantil. Las situaciones vividas te acaban dejando tocado, acuérdense de la serie Marco. Podemos decir que el punto luminoso de los estudios Ghibli lo pone Miyazaki, mientras que Takahata presenta un toque más pesimista. Algunos pueden pensar que la cinta se alarga innecesariamente y no les quitamos la razón, porque 137 minutos son excesivos, teniendo en cuenta la parsimonia nipona. Lo que pasa es que se recrea en los paisajes, a cada cual más bonito, ya que cada plano es un cuadro que merecería una exposición.

Esta producción intenta concienciarnos de que la ambición del ser humano puede ser un obstáculo para disfrutar con las personas a las que queremos. Por otra parte, su visionado nos sugiere que la felicidad no la da la posición social, sino el saber mirar al corazón de los demás. Por último, el valor de la acogida tiene gran importancia en este relato y la escena, de bella factura, donde la princesita gatea y da los primeros pasos expresa esa idea.

Noticias relacionadas

La Europa de Milan Kundera
Cultura · Antonio R. Rubio Plo
Un europeo es el que tiene nostalgia de Europa decía Milan Kundera uno de los grandes novelistas contemporáneos que falleció justo hace un año....
11 julio 2024 | Me gusta 1
La misericordia se hizo carne
Cultura · Antonio R. Rubio Plo
En "Filosofía de la misericordia" encontramos un lenguaje carnal para la misericordia. Bien podríamos decir, y pienso que el autor estaría de acuerdo, que la misericordia se hizo carne y habitó entre nosotros. Toca ahora que nuestra carne se haga misericordia....
2 julio 2024 | Me gusta 3
Para conocer a Chesterton
Cultura · Antonio R. Rubio Plo
En este año estamos celebrando el 150 aniversario de Gilbert Keith Chesterton y una buena introducción a su vida y obra es leer una biografía, la escrita por Joseph Pearce en 1996, que se ha convertido en un clásico....
17 junio 2024 | Me gusta 1
¿Cultura católica? No una tradición, un presente
Cultura · Costantino Esposito
¿Existe un pensamiento cristiano como experiencia viva que tenga la capacidad original de comprender las cuestiones fundamentales que emergen en la vida de las personas, y que puede contribuir a reconocer un sentido que ilumine la historia de cada uno, tanto personal como socialmente?...
23 mayo 2024 | Me gusta 9