El coro

Cultura · Juan Orellana
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8 octubre 2015
La cuestión educativa sigue invadiendo nuestras pantallas. El canadiense François Girard, que hace años nos sorprendió con El violín rojo, vuelve a los argumentos musicales con El coro, una película que protagoniza el niño Garrett Wareing (próximamente en Independence Day: resurgence), al que acompañan Dustin Hoffman, Kathy Bates, Debra Winger y Josh Lucas, entre otros.

La cuestión educativa sigue invadiendo nuestras pantallas. El canadiense François Girard, que hace años nos sorprendió con El violín rojo, vuelve a los argumentos musicales con El coro, una película que protagoniza el niño Garrett Wareing (próximamente en Independence Day: resurgence), al que acompañan Dustin Hoffman, Kathy Bates, Debra Winger y Josh Lucas, entre otros.

Hay que decir que el argumento es convencional y ciertamente no muy original: Stet es un rebelde chico tejano con graves problemas sociales, hijo de madre soltera fruto de una relación adúltera, que encuentra en la belleza de la música y en su talento para el canto un camino de crecimiento y esperanza en su vida. Cuando consigue ingresar en la elitista National Boychoir Academy, hay personas que van a creer en él, como la directora de su colegio (Debra Winger), y otras que le dan por perdido, como su padre biológico. En medio está el director del coro, el profesor Carvelle (Hoffman), duro e intransigente en la línea del profesor de Whiplast, aunque sin llegar a aquellos extremos. La película tiene ciertos paralelismos previsibles con Los chicos del coro, sin duda más lograda, aunque esta no carece de aportaciones propias de gran interés. Es el caso de la trama del padre, quizá algo forzada, pero que ilustra con acierto la paternidad responsable; o las distintas mujeres que dan a Stet una oportunidad, como la directora de la academia (Kathy Bates), la citada directora del colegio, y en cierto modo también su madre o la esposa de su padre biológico. Todas son capaces de ver en él algo grande, más allá de sus violentos problemas de conducta.

Quizá por su carácter prioritariamente comercial, la puesta en escena es convencional, y quizá se le habría podido sacar más partido, pero el guión funciona y ofrece algunos puntos de giro eficaces. Quizá le falta emoción al film y le sobra academicismo, pero como película sobre la experiencia educativa, sin duda tiene cosas que decir.

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