El chulo a la sombra

Tardo en reaccionar. Creía que hace tiempo que Bárcenas estaba a la sombra, y es que cada día estoy menos pendiente de los pormenores de la corrupción. ¿Para qué? Si Pedro J. ya dijo hace tiempo que todos se lo llevaban crudo. ¿Para qué sirven los detalles? ¿Qué sentido tiene seguir los pormenores del juicio y esperar a la sentencia? ¿No han subido por las escaleras de la Audiencia Nacional? ¿Qué más necesitamos?
Pero luego una se acuerda de que lo de cárcel antes de que te condenen es solo para que no te vayas del país. Y que el juez del caso, el juez Ruz, parece un tipo razonable. No voy a llorar porque hayan puesto a la sombra a Bárcenas, ya nos acordamos de cómo le llamaban los suyos a este tipo con esos andares tan de aquí estoy yo, con ese sacar el maxilar para delante que da miedo y esa masculinidad antigua para mujeres a las que les gusta que su hombre no pestañee con la tarjeta visa oro y con los gastos en restaurantes con estrellas Michelin. Mujeres que no preguntan de dónde ha salido la pastaza que pueden gastar.
Dice Ruz que lo mete en el trullo porque estaba sacando dinero de una cuenta suiza para ponerlo en Uruguay y en Estados Unidos. Este es capaz de todo. Un día de estos se ponía una peluca y se montaba en un carguero para hacerse a los mares. Al desembarcar era capaz de haber dejado en quiebra a la naviera, haber aumentado su patrimonio en unos milloncejos y explicarnos que los había ganado en las timbas nocturnas con los marineros.
Bárcenas creyó que iba a chantajear a los de la gaviota y bien está que ya no necesite más protección solar. No va a esquiar más que por las barandillas de Soto del Real. Vamos a ver qué le parece al señor acostumbrado al boletus el rancho de la trena. Lo que todo el mundo se pregunta es cómo es posible que los del PP no supieran que les estaba robando. Si es que aplazar los problemas no es siempre bueno, por mucho que digan.