El camino del referéndum reeleccionista
En la calle la polarización es cada vez más sensible y en la prensa la mayoría de las columnas de opinión se muestran contrarias a la reelección del presidente. Mientras que se hacen acusaciones de corrupción al proceso reeleccionista y se asegura que atenta contra la democracia y la legitimidad de las instituciones, y a pesar de que todos los días en la prensa se oyen voces que tildan al presidente de dictador y comparan su afán reeleccionista con el de Chávez, Correa y Evo Morales, recientes encuestas indican no sólo que el referéndum sería votado por la mayoría necesaria, sino que el 85% de esos votos estarían a favor de permitir una segunda reelección presidencial inmediata. Un porcentaje que no puede explicarse únicamente por el carisma de Uribe. De hecho, la misma encuesta revela que los colombianos desaprueban su gestión en la mayoría de los grandes temas de la agenda pública (corrupción, economía, desempleo, lucha contra la pobreza y costo de vida), salvándose, entre éstos, los temas de guerrilla y narcotráfico en los cuales la aprobación es significativamente amplia. Sin embargo, en los asuntos que afectan de forma directa y cotidiana a los colombianos (asistencia a la niñez y a la vejez, salud, educación, vivienda popular, el campo y el agro, los servicios públicos y el transporte y las carreteras) la aprobación es mayoritaria. Es decir, desde que Uribe está en el poder los colombianos sienten que viven mucho mejor. Esto es lo que hace que el 74% de la población apruebe la labor de Uribe, uno de los índices más altos de América.
Así, mientras la oposición afirma que para que el referéndum sea aprobado, la mano del Gobierno tendrá que comprar muchas conciencias, y no dudan que lo hará, los uribistas ven en la popularidad del presidente y en los logros de la seguridad democrática la esperanza de la reelección, y en ella, la esperanza de una continuidad que ha dado resultados. En medio del debate las agresiones verbales de los políticos son cada vez más fuertes y frecuentes, lo que inevitablemente polariza a la sociedad. Aquí la neutralidad no es posible, es necesario tener razones para votar o no el referéndum, y para votarlo sí o no. Uribe está lejos de ser el candidato perfecto, pero ciertamente está muy por encima de quienes quieren sucederlo, y más aún de aquellos que están en la oposición.