Difícil comienzo de curso para Renzi
Matteo Renzi pudo irse de vacaciones con la sensación de haber logrado importantes éxitos, entre los que destacaba la aprobación de una nueva ley electoral (a la que falta el ´visto bueno´ del Senado), la transformación del Senado en Cámara de las Regiones con reducción de 320 a 100 del número de miembros (de momento solo ha obtenido una mayoría cualificada pero al menos ha conseguido aprobarla) y, sobre todo, un apabullante triunfo electoral en los comicios europeos que le llevó a cosechar el 40.2% de los votos, unas cifras que sólo se habían visto en los mejores tiempos de la Democracia Cristiana.
Sin embargo, en agosto llegaron las malas noticias, y no eran otras que Italia volvía entrar en recesión al encadenar dos trimestres consecutivos con crecimiento negativo o decrecimiento (-0.1 en el primero y -0.2 en el segundo), lo que suponía que, de momento, las rebajas fiscales a las rentas más bajas de nada habían servido. De ahí que las diferentes instituciones económicas y financieras (como el FMI o la OCDE) hayan recordado al Gobierno italiano que debe cumplir de una vez por todas las promesas de cambio realizadas y, lo más importante, concluir las reformas emprendidas. En ese sentido, preocupa, y mucho, que la segunda (Francia) y tercera (Italia) economías de la eurozona se encuentren en serias dificultades, pero es que, en el caso de Italia, son ya muchos los años sin vivir un crecimiento real.
De ahí que Renzi deba ahora abordar la reforma del mercado laboral y, por tanto, tocar el tan controvertido artículo 18 del Estatuto de los Trabajadores, con lo que atacaría los privilegios de una parte de los trabajadores italianos (en particular, todas aquellas empresas con quince o menos trabajadores). La principal central sindical, la CGIL, que por cierto es el ´sindicato hermano´ del partido de Renzi (el PD), ya ha avisado que le van a tener enfrente si intenta tocar dicho artículo, y Pier Luigi Bersani, anterior Secretario General del partido, ya ha avisado que él y los suyos (la ´vieja guardia´ del partido) piensan tomar parte por los sindicatos.
Una vez más, la decisión y valentía de Renzi puestas a prueba. Pero, de momento, el joven Primer Ministro ha conseguido sortear todos los obstáculos anteriores. Veremos qué sucede con este tema que es, ciertamente, uno de los más difíciles que ha de afrontar el Gobierno italiano.