Desde París con amor
El agente Waz encarna este "todo vale" y "el fin justifica los medios". Su académico compañero, Reece, con carrera diplomática, representa la preocupación moral y legal. La película podría querer decirnos que ambas realidades deben ir de la mano en la lucha contra el terrorismo, lo cual no deja de ser inaceptable desde una perspectiva ética.
La película da lo que promete: patadas, persecuciones aparatosas, explosiones, ensalada de tiros, más las clásicas sentencias solemnes destinadas a regocijar al público. No hay más. Los actores están bien, la dirección es correcta, pero la propuesta tiene muy corto recorrido, y eso sin reparar en que la cinta es un alegato a favor de los crímenes de Estado. Aunque quizá decir eso sea dar demasiada importancia a la película.