Descubrimiento: Figar, en el Meeting de Rimini, ´blasfemó´ contra la escuela estatal

Para expresar su santa indignación, el secretario general de las Juventudes Socialistas de Madrid -que no debe saber que sus compañeros de izquierda visitan mucho el Meeting de Rimini- se ha despachado, con ese tono facilón de sacristía de izquierda, asegurando que "Lucía Figar fue a una reunión de fanáticos a exhibir orgullosa el cadáver de la educación pública". Su compañero, Ignacio Benito, secretario de Educación de la misma organización, ha añadido que en la Comunidad de Madrid la educación se está entregando a organizaciones ultras como Comunión y Liberación.
Es lo que tiene no haber viajado y no haber leído lo que dicen los líderes de la izquierda italiana sobre éstos que llaman "ultras". Es lo que tiene repetir acríticamente lo que su secretario general Tomás Gómez dijo en un desayuno en el Ritz sobre Comunión y Liberación. A los chicos de las juventudes socialistas les convendría preguntar a Gómez por qué cuando estaba en Parla no le molestaba participar, para enfado del PP, en actos públicos de los que denominan fanáticos.
¿Cuál fue el pecado abominable que cometió Figar? La consejera de Educación explicó cómo ha desarrollado la fórmula inventada por los socialistas para dar cabida a los centros concertados. Conviene releer el párrafo del escándalo: "hemos elegido mejorar el panorama de la educación en centros de gestión privada con fondos públicos, ampliar la oferta de plazas en las estructuras de este tipo dentro de la Comunidad de Madrid. Estos centros están sostenidos con el dinero público, con fondos de los gobiernos regionales, pero tienen gestión privada. Nosotros hemos aumentado las plazas escolares ofreciendo estas plazas a centros que funcionaban como centros privados al 100 por ciento; desde hace 7 años hemos ofrecido ámbitos públicos, regionales o de ayuntamiento, lugares públicos para que cooperativas, centros religiosos… puedan llevar adelante sus propios proyectos educativos con la ayuda y el soporte de los fondos públicos. Esto indica que en los últimos 6 años hemos abierto 79 centros nuevos de este tipo en la Comunidad de Madrid y hoy en día la proporción entre escuela pública, concertada y privada es ésta: la escuela pública representa el 52 por ciento en nuestra región, la escuela concertada el 33 por ciento y la escuela al 100 por ciento completamente privada cerca del 15 por ciento".
La iniquidad nefanda de la consejera de Educación es haber apoyado la iniciativa social para fomentar la pluralidad al amparo de las leyes educativas vigentes, todas ellas socialistas. Figar se atrevió a romper, como han hecho pocos líderes del centro-derecha, con esa censura que la izquierda española y los sindicatos han impuesto contra la enseñanza concertada. Una fórmula que, a pesar de todas sus limitaciones, hace efectiva la libertad de elección de los padres. La consejera ha trasgredido la ley del silencio. Y además se atrevió, y para esto no hay perdón posible, a invitar en público a CL a poner en marcha más colegios. Dicen las juventudes socialistas que esto supone "optar por aquellos que comulgan con su visión extremista, maniquea y retrógrada del mundo". El exceso de adjetivos es propio de la oratoria fervorosa, pero el fondo del razonamiento nace de una sensibilidad que tiene miedo de la libertad.