Desafío independentista en Cataluña, ¿la hora de la fuerza?

Hay en la “cuestión catalana” una cuestión de método: unos hablan del corazón, las leyendas y la fuerza de la calle (son realidades) y otros de normas jurídicas y procesales, realidades también. E imperativas. No se encuentran. Los dos tienen razones. Y todo es una sinrazón. Si una desavenencia matrimonial, como solución, se envía a un juez para dirimirla, el método, el jurídico, ya define la expulsión del diálogo y el afecto, por mucha razón jurídica que se tenga. El hombre es un animal político, y necesita respuestas políticas también.
Hoy en Cataluña ya no hay razones, sólo cacerolas, policías e “y tú más”. Va a costar lo suyo reponer la fractura social. Las Fuerzas Pesadas del Ejército español, la antigua legendaria Brunete, tiene un curioso lema: Cañones, Corazas y Corazón. Hasta la secular experiencia castrense tiene su sabiduría. Si no se conquista el corazón puede haber victorias de fuerza, pero pierde el hombre. Perdemos todos.
Puede ser una comparación muy darwiniana, pero la actitud excluyente del mono que se considera diferente y envía a cada uno “a su árbol” está lejos de la condición humana, que del árbol y la cueva pasa a construir aldeas, ciudades, pueblos y naciones. Con el imperio de la ley, sí, pero cautivando corazones. Va a hacer falta mucho tiempo, pero hay que empezar ya.