Derrota de la independencia
A los independentistas les gustan los contrafácticos. Vamos a suponer que la consulta de ayer en lugar de ser un “proceso de participación ciudadana” hubiera sido un referéndum. Supongamos que lo de este domingo hubiera sido una consulta conforme a derecho, celebrado con las debidas garantías. Supongamos que las cifras de la Generalitat fuesen ciertas.
El 80,72% de los votantes de la consulta catalana han votado sí a los dos preguntas propuestas. Quieren que Cataluña sea un Estado y que este sea independiente.
Los cálculos de la Generalitat estiman que hay 5,4 millones de ciudadanos españoles en Cataluña mayores de 16 años así como 900.000 extranjeros residentes. Esta cifra coincide a grandes rasgos con las cifras que ofrece el Instituto Nacional de Estadística. El INE refleja que la “población residente” –sin especificar nacionalidad– nacida antes de 1998 y por tanto llamada potencialmente a votar es de 6.228.531 personas. Teniendo en cuenta este censo, orientativo, habría votado un 32,8%.
Naciones Unidas ha exigido en los últimos procesos de secesión una participación de entre el 50 y el 60 por ciento. Es lo que se ha pedido en Quebec, Croacia, Montenegro y Sudán. Ayer solo participó algo más del 30 por ciento del censo. Acudieron a votar sí a la pseudoconsulta algo más de 2 millones de catalanes. Los que votan a las formaciones independentistas. Habrá que dialogar y buscar soluciones, pero dentro de la ley. El Gobierno de Rajoy tendrá también que empezar a hacer pedagogía, pero en serio no como hasta ahora.