Demagogia e inmigración, peligrosa combinación
Por eso el presidente del Gobierno no puede ponerse estupendo como se ha puesto en Estrasburgo defendiendo los derechos de los inmigrantes. Es su partido en Cataluña el que no quiere empadronar. Los inmigrantes que han llegado a España en los últimos años han sido fundamentales para hacer posible nuestro desarrollo y han saneado en gran medida las cuentas de la Seguridad Social. Pero antes que nada los inmigrantes son personas y merecen, como ha dicho recientemente el Papa, que se respeten sus derechos y que se faciliten las condiciones de su vida cotidiana.
La ley se debe cumplir, la Ley de Extranjería y también la que obliga al empadronamiento, la Ley de Bases de Régimen Local. La situación de irregularidad no puede ser motivo para negar servicios médicos y educativos. Otra cosa es que haya dificultad para financiar esos servicios en los ayuntamientos. Hay que gastar mejor. Afortunadamente Cristóbal Montoro ha sido contundente al calificar como xenófoba la decisión de Vic. Otros líderes del PP estaban jugando demasiado a la ambigüedad.