Del populismo al futuro

Mundo · Óscar Ortiz Antelo
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11 abril 2011
La crisis económica se ha convertido en la principal preocupación de los bolivianos. La gente, tanto en el campo como en las ciudades, vive y sufre con angustia el retorno de la inflación que devora los ingresos de las familias, cuyos ingresos han perdido sustancialmente su capacidad adquisitiva.

Mientras tanto, el Gobierno del MAS se dedica a hacer política. Se dedica a enjuiciar a las personas que piensan distinto al MAS o a buscar temas que le permitan distraer a la opinión publica de los problemas no resueltos de nuestras sociedad, como por ejemplo hoy utiliza al tema marítimo. Escándalos, juicios y mucha propaganda, es la respuesta del MAS a la crisis económica y a los problemas que causan la corrupción y el narcotráfico. Una falsa realidad donde la economía va mal y la política pretende no darse por enterada.

Todo ello, configura un círculo vicioso de deterioro general: la economía va mal; se cae por ello la popularidad del MAS; el MAS responde dedicándose a la política de modo irresponsable; esto empeora aún más la economía y el empeoramiento de la economía, profundiza o agrava el problema de popularidad del MAS… ante lo cual, el MAS vuelve a entramparse en el círculo vicioso: responde dedicándose a la política, creando escándalos políticos, dejando de lado la economía, intentando meter preso a quien se atreva a criticarlo y empeorando de este modo la crisis económica.

Ha llegado el momento de que el gobierno se tome en serio al país. Ha llegado el tiempo de que haga justo lo contrario a lo que ha venido haciendo. Ha llegado el tiempo de dedicarse a la economía y de respetar la libertad.

Eso es lo que necesita Bolivia. Un gobierno serio que sepa de economía y que impulse un sistema político basado en la libertad y respaldado por el Estado de Derecho.  Necesitamos trabajar una nueva visión de futuro para el país, basada en la necesidad de encontrar soluciones económicas a la crisis que sufren las familias bolivianas, y en la necesidad de impulsar un sistema político auténticamente democrático, donde la libertad sea el centro de la vida pública y la ley, los fiscales y los jueces sean la garantía de esa libertad y no los verdugos políticos de la misma.

Con estas dos premisas, economía y libertad, será posible avanzar en la construcción de una sociedad próspera, una sociedad desarrollada, una sociedad donde todos los ciudadanos, hubieran nacido donde hubieran nacido y sean de la clase social que sean, tengan un empleo digno y oportunidades económicas de progresar en la vida. 

Esa es la agenda del progreso y de la libertad. Exportar, producir, impulsar la iniciativa privada y productiva. Solo generando riqueza y distribuyéndola mediante la creación de oportunidades de movilidad social, se puede producir bienestar para toda la sociedad.  Es el camino hacia la prosperidad que debe ser la causa que debemos abrazar para que también Bolivia se suba al tren del desarrollo que han tomado la mayor parte de nuestros hermanos latinoamericanos.

Óscar Ortiz Antelo, ex presidente del Senado Nacional de Bolivia

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