´Debemos recuperar el Parlamento como lugar de discusión de las leyes´
El exconsejero vasco ve un peligro para la salud de nuestra democracia que en la campaña del PSOE se reduzca a toda la derecha como extrema.
¿Cuál sería una primera valoración de los resultados de las pasadas elecciones?
Ha habido una especie de canto de alabanza a la ciudadanía española por haber participado masivamente para evitar los extremos. Se ha dicho que es una ciudadanía centrada que quiere evitar la aparición de los populismos siempre pensando que estos están en la derecha. Sin embargo, se ha oscurecido los datos ya que estos dicen con más exactitud que la proporción entre la derecha y la izquierda es bastante similar en número de votos. Lo que ha ocurrido es que el reparto de parlamentarios ha sido distinto a pesar del aumento de participación. Así que la situación, al menos en cuanto a número de votos, es de empate. Por otro lado, si dejamos de lado la pelea por ver quién es el líder de la oposición, estos datos y estas elecciones han supuesto un avance en la desaparición de los partidos de centro derecha tanto en Cataluña como en Euskadi.
El PSOE se ha presentado como el partido de la moderación y la modernidad, más allá de lo ficticio o real que sea esa imagen ¿Podría significar esto que los españoles desean esa moderación y huir de la polarización?
Quizá es más importante preguntarse qué significa la idea que ha vendido el PSOE por la que dice que “yo soy el centro” y lanzo a todos los demás a los extremos. Este es un acto político de tremenda transcendencia y que daña la calidad de nuestra democracia al reducir a toda la derecha como extrema. No es que la ciudadanía deseara moderación sino que es la campaña electoral la que le dice que debe evitar extremos. Y en ese sentido, la campaña del PSOE, desde un punto de vista electoral, ha sido un éxito. Por otra parte, Pedro Sánchez dice que no ha pactado con nacionalistas y separatistas… Si eso es así, se aclarará en los meses que van a venir ahora.
Todos los partidos pueden caer en un cierto populismo. Pero en el caso de Podemos y Vox, que también han tenido una representación significativa, podríamos hablar de un “voto protesta”.
De hecho, antes al voto populista se le llamaba voto protesta.
Pero, antes de poner la etiqueta de “comunista” o “fascista”, ¿no deberíamos hacer un ejercicio para entender las razones del otro? Estoy hablando principalmente a nivel de sus votantes.
Es lo mismo que pasó con Donald Trump. Hay que analizar por qué tantas personas han votado a Trump. Si no, no entenderemos qué está sucediendo. Aquí en Europa está pasando exactamente lo mismo y no se quiere preguntar dónde están los problemas porque la izquierda se cree en posesión de la verdad y de la moral de la historia. La campaña de Sánchez ha sido totalmente destructiva al calificar como extrema a toda la derecha. Muchos nacionalistas están festejando la victoria de Sánchez porque, fruto de la campaña de Sánchez, la derecha ha perdido representatividad.
¿Se ha visto especialmente en su tierra?
En el País Vasco, está la particularidad de la presencia del PNV que se postula como garante del bienestar social.
¿Es el PP el que ha abandonado a sus electores? ¿O es la sociedad la que ha cambiado sus valores y ha abandonado al PP?
Yo no creo que el PP haya abandonado a sus electores sino que la sociedad vasca ve en el voto al PNV lo que le asegura ese diferencial de sociedad de bienestar.
¿Se equivoca Ciudadanos al no querer pactar con Sánchez? ¿O tienen razón al afirmar que el presidente no es de fiar?
Los ciudadanos no creo que piensen que es o no de fiar sino que tienen miedo a una coalición de los socialistas con Unidas Podemos. Yo creo que quieren que el PSOE esté frenado, que el PSOE no gobierne solo. Es el miedo a una catástrofe económica lo que temen los ciudadanos y lo ha dicho también el IBEX 35.
Hay otra idea que me llama mucho la atención. El parlamento es el sitio donde se tienen que elaborar las leyes y si realmente se dialoga, y eso es ser realmente de centro, entonces yo no tengo la verdad total y del conjunto de los grupos parlamentarios tienen que salir las leyes. Es hora de que reivindiquemos el parlamento como lugar para debatir las leyes.
Establecer el parlamento como el lugar donde se dialoga, donde se presentan proyectos de los que se liman diferencias hasta llegar a un acuerdo. Creo que nos fijamos mucho en la composición del ejecutivo. Pero esta capacidad de llegar a acuerdos es lo que reclamamos cuando decimos “yo soy el centro y apuesto por el diálogo”… ¡Pues vaya al parlamento! ¡Vayan encontrando soluciones aceptables! A todos nos gusta ser parte del ejecutivo y ya es hora de que los propios grupos parlamentarios propongan leyes. En algunos parlamentos europeos, como en Alemania, en todo lo que afecta a la biotecnología, por ejemplo, las leyes se elaboran por grupos transversales. El protagonismo tiene que volver al legislativo y luego que cada grupo vote en conciencia.