Cuando irrumpe el mundo de la vida

Editorial · Fernando de Haro
Me gusta 6 | 1
27 julio 2025
Los intelectuales son desconfiados porque piensan que estamos hechos mal, que una enfermedad mortal nos ha vuelto ciegos, incapaces de distinguir la sombra de la luz. Y tanta desconfianza, al final, les sale rentable porque alguien tiene que mandar. En el mundo de la vida todo es más sencillo y a la vez más trabajoso. Miras la foto del niño famélico y surge en ti un deseo de justicia.

En la foto la madre rodea con la mano izquierda la cabeza del niño. Lo hace con mucho cuidado como si fuera de porcelana. Con la mano derecha sostiene la cintura que está cubierta por un plástico negro, como de bolsa de basura. La espalda del niño y los brazos quedan al descubierto. Parece la foto de un esqueleto tapado apenas con un poco de piel. Los brazos, delgadísimos, son el vivo retrato del hambre. Es la imagen del espanto que llega de Gaza.

Cuesta trabajo no apartar la mirada. Miras para no deshumanizarte. Miras y se te agolpa la pena en la garganta y te sientes triste y enfadado: tu ira se concentra insultando a los que han convertido a un niño en un vaso de tormento y te preguntas cómo Dios puede permitirlo. Y después lloras de desolación. Te invade un torbellino de sentimientos, se apodera de ti la impotencia y un deseo inmenso y seco como un desierto, un deseo de justicia y de reparación. Los niños como los de la foto se quieren ir al cielo porque saben que en el cielo se come.

Y después de mirar la foto escuchas a los asesores del espíritu, a los intelectuales, a los expertos en geopolítica, a los que te explican que no puedes dejarte llevar por los sentimientos, que el emotivismo es malo, y que no debe uno entregarse a las reacciones subjetivas, que hay que racionalizar la situación, que hace falta alguien que “de verdad sepa” para que te explique lo que debes sentir y pensar ante una foto así.

En un nanosegundo, cuando te golpeaba la realidad cruel, has comprendido lo que le pasaba al niño y lo que te pasaba a ti mirando al niño. En un milmillonésima de segundo, en el tiempo en el que estalla el universo, ha estallado en ti el mundo de la vida: ese extraño y misterioso vínculo contigo mismo y con las cosas que te hace darte cuenta de que ya no eres el mismo, que has cambiado. Esa fracción de tiempo es mucho más que una impresión, es la ocasión para emprender un camino  que puede rescatar tu alma.

Los asesores del espíritu y los intelectuales desconfían del mundo de la vida. Les parece que es insuficiente para hacer cultura, para cambiar el mundo. Sus valoraciones, sus discursos, siempre nacen muertos porque son hijos de la abstracción. Se sientan a deliberar, aplican ciertos valores y llegan a lo que ellos llaman “conclusiones”. Todo el mundo tiene que aceptarlas, hacerlas suyas, porque ellos son los expertos, los que han estudiado.

Los asesores del espíritu y los intelectuales son desconfiados porque para ellos las impresiones, los sentimientos, las emboscadas con la que la realidad nos asalta son callejones sin salida. Para los sencillos son autopistas. Los intelectuales son desconfiados porque piensan que estamos hechos mal, que una enfermedad mortal nos ha vuelto ciegos, incapaces de distinguir la sombra de la luz. Y tanta desconfianza, al final, les sale rentable porque alguien tiene que mandar.

En el mundo de la vida todo es más sencillo y a la vez más trabajoso. Miras la foto del niño famélico y surge en ti un deseo de justicia -ya lo he dicho antes- que tiene el tamaño de miles de millones de galaxias. Eso solo es el comienzo. Hay que perseguir lo que te ha pasado. Hacerlo no es un ejercicio de intimismo o de introspección. Lo que te ha pasado, esa vibración del mundo de la vida en ti, y lo que aprendas de él, es el acontecimiento político más decisivo de tu existencia, de la de tu pueblo, de la de tu país.

Cuando irrumpe el mundo de la vida te invita a que te preguntes, a que te pronuncies, a que digas qué significa para ti lo que ha sucedido. Si no significa algo para ti es como si no significara nada para nadie. Solo el sujeto subjetivamente puede reconocer lo que tiene un significado objetivo.

¿Qué dices sobre el niño que se muere de hambre? ¿Qué dices sobre el  deseo de justicia que arde en ti? ¿Qué dices cuando sabes que hay romper el bloqueo, que se debe hacer llegar la ayuda humanitaria? ¿Qué dices cuando sabes que todo eso que habría que hacer de inmediato si se hiciera no reparará la injusticia que ya se ha cometido? ¿Qué dice todo eso de ti mismo?

El mundo de la vida irrumpe con sus preguntas de fuego y sus respuestas de carne. Y los prejuicios, los esquemas, las “conclusiones de los intelectuales”, los recuerdos anclados en el pasado se hacen muy pequeños, insignificantes,  para el hombre que (re)estrena libertad.

Comentarios1

  1. Gracias Fernando por hacerme consciente de la abstracción del mundo de las ideas, que es un escape de la realidad que nos golpea y nos anima a vivir con confianza porque tras ella si hay un corazón que ama.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Noticias relacionadas

La primera y la última política
Editorial · Fernando de Haro | 0
El deseo y la falta de reconocimiento son las categorías políticas imperantes en este comienzo del siglo XXI. Necesitamos ser reconocidos, social y políticamente. El incremento del populismo tiene mucho que ver con dos factores: la falta de confianza social y la insatisfacción, entendida como...
7 diciembre 2025 | Me gusta 1
Ucrania con dignidad y con libertad
Editorial · Fernando de Haro | 0
¿Tiene sentido la resistencia de los ucranianos? Es una cuestión de justicia. No habrá paz duradera sin un fuerte componente disuasorio....
30 noviembre 2025 | Me gusta 2
Encadenados a los altares del dolor
Editorial · Fernando de Haro | 1
Teníamos una vida antes de que la vida nos convirtiera en víctimas. La salud perdida, la dignidad humillada, el piso que no te puedes comprar, el mundo que no entiendes, las amistades traicionadas son un callejón sin salida si no hay pregunta....
23 noviembre 2025 | Me gusta 3
Líbano desarmado y desarmante
Editorial · Fernando de Haro | 0
León XIV viajará al país de Medio Oriente donde, en términos proporcionales, viven más cristianos y donde tienen más peso político y social. El Líbano es una tierra en la que se pone a prueba la utilidad de lo que el Papa llama la “paz desarmante y desarmada”. ...
16 noviembre 2025 | Me gusta 0