Consejos ignorados

España · PaginasDigital
COMPARTIR ARTÍCULO Compartir artículo
| Me gusta 1.855
4 diciembre 2013
¿Cuántos consejos me habrán dado en lo que llevo de vida? No puedo ofrecer ninguna cifra, pero estando ya peinando canas, puedo decir que muchos. ¿Cuántos he aprovechado?

¿Cuántos consejos me habrán dado en lo que llevo de vida? No puedo ofrecer ninguna cifra, pero estando ya peinando canas, puedo decir que muchos. ¿Cuántos he aprovechado? Tengo que expresar con una cierta nostalgia ,que muy pocos ,y no porque fueran malas las exhortaciones, sino por la omisión en seguirlas.

¡Cuántas veces he lamentado, no haber hecho caso de lo que me dijeron! Cuántas veces me he lastimado, en caídas que me fueron advertidas. Cuántas veces, la autosuficiencia se ha erigido en la dueña de mis actos, sin darme cuenta, de que aún no conocía la magnitud de los obstáculos, que se han presentado en mi camino.

Cada vez  recibo menos consejos, ya son pocos los que se atreven aún a dármelos, y confieso que es ahora, cuando los valoro y acepto, sabiendo que quien me los ofrece, me desea lo mejor. Una sugerencia, un aviso, una decisión,… Las recomendaciones, en la mayoría de las veces son acertadas, y seguirlas evitaría muchos sufrimientos. Hablo de mi experiencia.

Recuerdo cuando en mi adolescencia, me rebelaba contra todo; de nada servía que mis padres me advirtieran de que un día, me daría cuenta del valor de sus avisos. Por entonces me parecía imposible que llevaran la razón, “estaban equivocados”, “eran de otra época”. Esos eran mis razonamientos. Los mismos argumentos, que los jóvenes de generaciones pasadas, presentes y futuras, parecen llevar de forma innata. Y tengo marcado, algo que no he podido olvidar; unas palabras que pronuncié en una rabieta adolescente. Le dije a mi madre, que nunca le daría la razón, que sabía a ciencia cierta, que ella, era la equivocada…

¡Mamma mía! ¡Cómo he pagado mi chulería! Cada consejo, cada palabra de atención, cada advertencia que se me hizo y de la que huí y rechacé, se fueron cumpliendo. Mis caídas fueron dolorosas, muy dolorosas, y aún hoy, las cicatrices siguen doliendo.

Bastó ser padre, para darme cuenta de muchas cosas, para ir dando la razón a cada consejo desechado. Y veo que se repite la misma historia en muchos padres e hijos.

Algunos, nos decían cuando nuestro hijos eran pequeños : “Dejad que crezcan que ya veréis lo que se sufre” Aún en esos comienzos de paternidad, seguía sin creer en las advertencias; aún quedaba un poco de arrogancia.

Y llega, claro que llega, el momento de sufrir por los hijos. Crecen rápido, muy rápido; no dejo de asombrarme de cómo los años pasan y… ¡quedan tantas cosas por hacer! Aún hay tanto que enseñar… y es cuando descubres que tus hijos ya vuelan solos y que ahora sus caídas dependen totalmente de ellos.

Y te das cuenta, de que habiendo recibido la misma educación, cada uno tiene una personalidad distinta, que reacciona diferente ante lo aprendido. Que Dios no repite a las personas, que las hace únicas y que en esa singularidad hay que amar.

Recibo en mi trabajo nocturno muchas llamadas de padres angustiados, porque sus hijos no han vuelto a casa ciertas horas de la noche. Nuestros hijos no podrán entender ese desasosiego, hasta que lo vivan, no sabrán valorar nuestro temor, nuestro sufrimiento hasta que lo experimenten, por eso la impotencia se apodera tantas veces de nosotros. Porque la historia se repite; consejos no escuchados, conocimientos no adquiridos y la convicción de la autosuficiencia en todos los aspectos de la vida. Ojalá nunca sea tarde.

¿Y qué se puede hacer? Os digo lo que hago yo. He probado varias técnicas y solo una ha funcionado : AMAR

Pero… ay queridos amigos, hay que saber lo que es amar de verdad, y lo sabremos cuando experimentemos en nosotros, que lo damos todo, lo repito muy despacio T-O-D-O. Y hay que hacerlo, como decía la beata Teresa de Calcuta: “Hay que amar hasta que duela”. 

Por eso, creo que la desesperanza nos asalta tantas veces; divisamos el precipicio donde caerán, gritamos y no nos oyen, no nos miran y cuando les llega nuestra voz, no nos creen. 

Padres: ¡Mucho ánimo! No nos rindamos jamás. Y como decía San Juan de la Cruz: “El alma que anda en amor ni cansa ni se cansa´

Noticias relacionadas

Independentsi-á
España · Ángel Satué
¿Es legítimo preguntarse si es preciso tener una coincidencias mínimas, una mínima sensación de que se comparten cosas con el que vota diferente pero respira el mismo aire, para construir la misma sociedad en la que se vive?...
22 abril 2024 | Me gusta 1
Bildu copia al IRA
España · F. H.
El PNV se ha dado cuenta de que lo que puede evitar un corrimiento de votos de su propio electorado hacia la izquierda abertzale es recordar de quiénes son herederos y es que Bildu está reproduciendo de alguna manera lo que ya han hecho sus colegas en Irlanda del Norte....
16 abril 2024 | Me gusta 3
Es bueno confrontarse con las ideas de otros
Entrevistas · Juan Carlos Hernández
José Antonio Martínez Soler (JAMS) es un histórico del periodismo en España (El País, RTVE, El Sol, 20 minutos...). En sus memorias, recientemente publicadas, nos cuenta la aventura de la transición desde su apasionante y cercana perspectiva....
12 abril 2024 | Me gusta 2
La Fiscalía General no es del Gobierno
España · Juan A. Pérez Morala
Cuando se le pregunto cómo garantizaría que el prófugo Puigdemont, respondiera por sus delitos ante la Justicia española, no contestó directamente, sin embargo no tuvo reparo alguno en repreguntar: “¿la Fiscalía de quién depende?” Y al contestar el presentador que “del Ejecutivo”,...
10 abril 2024 | Me gusta 1