Conocerás al hombre de tus sueños
De lo que he visto últimamente, ésta y, muy por encima, Origen, es de lo mejor que hay en la cartelera de este tórrido verano -del que esperamos que eche su cierre para 2010-, puesto que Mercenarios, la última de Stallone, y Centurión ejemplifican sobradamente -la primera más que la segunda- que los agostos son para tostarse al sol y echarle pan a las palomas, y poquito más, en lo que se refiere al cine.
Entrando en materia. Tras una larga vida en común, Alfie (Anthony Hopkins) y Helena (Gemma Jones) se separan por iniciativa del primero, que intenta experimentar una nueva juventud, mientras que su mujer encontrará el sentido de su vida en las palabras de una consejera new age a la que se rendirá totalmente en espíritu y billetera.
Por su parte, Sally (Naomi Watts), la hija de los anteriores, está también en crisis con su marido Roy (Josh Brolin), ya que anhela descendencia (para tapar huecos afectivos inconfesados) a la que éste se niega para reservar todas sus energías -de hecho vive de su mujer y de su suegra- para desarrollar una ilusoria carrera de escritor que nunca llega.
Ante esta perspectiva, y animada por su madre, que ve en Roy una rémora personal para su hija, Sally comienza a abrirse a una posible relación con su jefe, Greg (Antonio Banderas), quien transita por idénticas dudas personales que terminarán por arruinar su matrimonio.
Al poner su objetivo final en la fragilidad de las relaciones de pareja, el director neoyorquino no aborda directamente las crisis existenciales por la que pasan cada uno de los protagonistas, y desarrolla una sucesión surrealista y estrambótica de situaciones que puede confundir al espectador, al dejarle con la sonrisa en los labios cuando lo que se ventila son gruesos dramas personales y de pareja.
Así, cada uno de ellos pasa de un estado a otro en un abrir y cerrar de ojos, a veces con intento de vuelta atrás, como le sucede a Alfie, cuando ve que su boda con la explosiva veinteañera Chameine ha sido un auténtico dislate, por lo que intenta volver desesperadamente con Helena.
El oficio narrativo de Woody Allen (guionista también) hace que Conocerás al hombre de tus sueños entreteja esperpénticamente la deriva emocional de los personajes, incapaces de apostar mínimamente por quienes han compartido años en común, reflejo de una sociedad amiga de la evasión y en la que son pocos los que quieren ser protagonistas de sus vidas y de las circunstancias que acompañan al duro oficio del vivir. Vivir a fondo es un riesgo en el que se está expuesto a todo, sea bueno o aparentemente malo, ya que vivir es vivir todo sin censurar nada; es tener un "por qué" antes que un "cómo".