Comienza, ahora sí, el saneamiento del sector bancario
Así, el histórico banco italiano recortará hasta 2.600 puestos de trabajo, lo que supone prácticamente el 10% de su plantilla (ahorrándose con ello un 9% de gastos en personal, lo que se cifra en 1.500 millones de euros), al tiempo que cierra 500 sucursales. Igualmente, se desprenderá de algunos de sus negocios y, para completar el proceso de saneamiento, traspasará la mayor parte de su cartera de créditos dudosos.
En ese sentido, el objetivo del banco es volver a dar beneficios en 2018, fecha en la que espera ganar casi mil millones de euros, frente a las pérdidas de 4.831 millones estimadas en 2016. Como era de esperar, la Bolsa italiana reaccionó de muy buena manera a este anuncio, subiendo las acciones un 20,75%, lo que permitirá terminar el mes con una revalorización del 84%. No obstante, la prudencia debe imperar, ya que no debe olvidarse que en el último años los títulos del banco toscano aún pierden un 79,3% de su valor.
El plan de saneamiento vendrá acompañado, igualmente, de una reducción de sus gastos en otro 4%, hasta unos 710 millones de euros, frente a 740 millones en 2016, mediante la racionalización de la red de oficinas del banco, que pasará a ser de 1.500 sucursales en 2019. Para finalizar, la entidad traspasará una cartera de 28.500 millones de euros en activos tóxicos a un precio de 9.100 millones a la vez que acomete una recapitalización de 5.000 millones de euros: la pregunta, una vez más, es cómo se llevará a cabo esa recapitalización, si mediante ayudas públicas o por otra vía.
Este saneamiento del Monte dei Paschi di Siena era el más necesario porque los ´test de stress´ efectuados el pasado julio habían puesto de manifiesto que era el banco europeo importante por volumen de activos en peor estado, si bien el que más preocupa de todos, por su tamaño, extensión y grado de internacionalidad, no es la entidad toscana, sino el gigante alemán Deutsche Bank. En todo caso, este es, en principio, solo un primer paso para llevar a cabo una reforma del sector financiero que lleva esperando desde la crisis de 2009, cuando el PIB nacional se hundió más de 5 puntos y comenzaron años de recesión que duraron hasta prácticamente el primer semestre de 2015.