Chávez, sin excusas
El presidente dejó de ser una víctima de la burocracia para convertirse en culpable de lo que se hace o no se hace, incluso para los afortunados a quienes se les entrega una vivienda. "Soy marxista, asumo el marxismo como la teoría más avanzada en la interpretación de la realidad y por tanto no admito que la vivienda es una mercancía", dice Chávez. En los contratos respectivos se deja constancia de que el beneficiado la recibe en uso. Sorprendido, averigua que no puede disponer de la casa y comprende lo que significa el derecho de propiedad. Cuando viene el "apagón" y le suspenden el suministro de agua, se entera de que tan desagradable situación se debe a la falta de inversión y mantenimiento en los embalses y en las plantas que generan energía eléctrica. Su disgusto aumenta cuando oye al presidente enviando millones de dólares a cuanto país se le ocurre. Son razones para incrementar el número de personas convencidas de que tenemos un presidente con ideas anticuadas e ineficientes.
El país reacciona, con los estudiantes en la vanguardia. Las primeras páginas de los diarios están dedicadas a las manifestaciones de los jóvenes, enfrentados a tanquetas, gas mostaza y perdigones de policías y guardias nacionales. Ocurre en todos los estados, y en algunos la represión la asumen los grupos más violentos del chavismo, que disparan armas de fuego con saldo de muertos y heridos. Mérida, ciudad de larga tradición estudiantil, fue militarizada. Allí, además de asesinatos de estudiantes por "encapuchados" (rostro cubierto con pasamontañas), el vandalismo paralizó la ciudad. Se coincide en que la nación toda expresa descontento y furia por el deterioro de los hospitales, escuelas, carreteras. La gente de todas las clases sobrelleva las mismas calamidades: inflación, desempleo, desabastecimiento. Un país agobiado por la incertidumbre, la desconfianza, el temor, comparte similares preocupaciones por el deterioro económico, la conflictividad y la represión. Algunos vaticinan que se puede producir una reacción popular desenfrenada.
Por internet circula toda clase de rumores, alimentados por la renuncia del coronel Ramón Carrizalez, vicepresidente y ministro de Defensa. Lo hizo en forma pública, antes de comunicarlo a Chávez. El nuevo vicepresidente, Elías Jagua, tenía a su cargo la ocupación y expropiación arbitraria de fundos rurales. Chávez lo juramentó y le atribuyó el mérito de haber sido encapuchado en la UCV. La revolución se radicaliza y el rechazo nacional llega niveles comparables a los que precedieron los acontecimientos de abril de 2002.