Catástrofe en Fukhusima

Mundo · Pietro Vernizzi
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29 marzo 2011
"Los ‘expertos' dan números, pero los refugiados duermen en las centrales", entrevista a Marco Ricotti, catedrático de la Universidad Politécnica de Milán.

La radioactividad en el interior de la central de Fukushima no parece disminuir. El domingo, TEPCA, empresa que gestiona los reactores en Japón, comunicó que en el agua anegada en los locales de la turbina del reactor número 2, la radioactividad superaba "diez millones de veces la normativa".  Pocas horas después, rectificó diciendo que se trataba de "radiaciones cien mil veces superiores a la natural". Más tarde, sin embargo, siempre según TEPCO, se habría superado la cuota de 1.000 milisiervet/hora. Cuando los expertos dan números, los ajenos al sector se encuentran con dificultades para seguir el tema. Para aclarar las cosas, ilsussidiario.net ha entrevistado a Marco Ricotti, miembro de la Agencia para la Seguridad Nuclear italiana y profesor de Instalaciones Nucleares en el Politécnico de Milán.

Profesor, ¿qué idea se ha hecho de lo que está sucediendo en Fukushima?

En primer lugar, quiero subrayar una noticia que se ha escapado a los medios italianos. En la zona situada a diez kilómetros de la costa, el terremoto y el tsunami lo han destrozado todo, las únicas construcciones hechas por el hombre que han permanecido en pie, sin ser del todo precisos, han sido las centrales nucleares. En la instalación atómica de Onagawa, tres días después del terremoto, incluso han llevado a 200 personas de los alrededores sin casa y aisladas, acogiéndolas en las oficinas de la central. Esto quiere decir que era el único edificio que daba una cierta seguridad, en un momento en el que se estaban verificando las réplicas sísmicas y se temía la llegada de un nuevo tsunami.

Sin embargo, esto no impidió que en Fukushima surgiera un estado bastante alarmante.

TEPCO difundió inicialmente un dato que, posteriormente, ha corregido. Desde el principio de la crisis, he decidido no ligarme a los datos de TEPCO, sino a los de la Agencia para la Seguridad japonesa y los del AIEA, que me parecen más fiables. Lo que sale a flote es que la situación es ciertamente grave y seria, incluso si los números difundidos por los medios (italianos) son más bien confusos.

Si no me equivoco, se ha hablado de radiación equivalente a un tercio de la de Chernobyl.

De hecho, ésta es la demostración de que se están difundiendo datos que no tienen ningún significado. Dejemos aparte Chernobyl, porque es una historia completamente diferente. En Fukushima hay una dosis de radioactividad en el agua del interior de la central equivalente a 1000 milisievert/hora, es decir 1 sievert/hora.

¿Puede traducir para los ajenos al sector?

Si una persona se expone a una dosis de 6 sievert en todo el cuerpo, y no sólo en una parte, va camino de la muerte segura en el plazo de un mes. Aquí, sin embargo, estamos hablando de 1 sievert. Antes de que saltase la alarma, tres operarios entraron en los sótanos del edificio turbina, con el agua hasta los tobillos, y estuvieron expuestos a una dosis que va de los 2 a los 6 sievert. Fueron llevados al hospital donde permanecen bajo observación pero, a día de hoy, no se les ha detectado ningún daño a la salud. Está claro, sin embargo, que en un ambiente así nadie puede entrar a trabajar: la primera cosa necesaria es, de hecho, retirar el agua radioactiva del edificio con una bomba de achique.

¿Cuál es, por el contrario, el nivel de radiación en el exterior de la central?

Se ha registrado una concentración elevada de yodo cerca de una descarga de la central en el mar. Es probable que sea una fuga de agua de la central en las zonas de descarga. La noticia buena es que, por el momento, parece que se trata sólo de yodo. La radioactividad del yodo, de hecho, decae en ocho días: esto significa que tras este periodo, las radiaciones son equivalentes a la mitad, tras 16 días a un cuarto, tras 32 a un octavo, y así sucesivamente. Si, sin embargo, se encontrara también cesio, la situación sería más grave, porque esta sustancia decae en un periodo de 30 años.

¿Qué habrá que hacer ahora para estabilizar la situación?

Hay que enfriar el combustible. Para hacerlo se necesita energía eléctrica que haga funcionar los sistemas de seguridad, o continuar inyectando agua. Según vaya mejorando la situación por el flujo de agua, los técnicos deben acercarse a la zona crítica para comprobar que no haya cortocircuitos y reactivar, entonces, la energía eléctrica.

¿Considera que se ha verificado la existencia de daños en la vasija que contiene el núcleo?

Esto no se ha verificado todavía. Es evidente, sin embargo, que si hay fugas de yodo y, eventualmente, de cesio, esta agua sólo puede provenir del reactor. Por una parte, el núcleo está parcialmente dañado o fundido,  pero es también posible que haya pérdidas de las canalizaciones que pasan por el reactor o por el contenedor de seguridad.

¿Cuáles son las perspectivas para la energía nuclear en el mundo tras Fukushima?

Ciertamente, ha de replantearse la nuclear. Esto lo han declarado ya muchas organizaciones, sea en la Unión Europea o en Japón, se están preparando nuevos ensayos de estrés. Sin embargo, lo que seguramente sería un error es cerrar de hoy para mañana todas las centrales nucleares el mundo, como si después de lo sucedido, ninguna fuese ya segura: considero, de hecho, que no es así.

¿Qué piensa, sin embargo, de la decisión del gobierno italiano de suspender por un año la construcción de nuevas centrales?

Seguro que se harán algunas comprobaciones, sobre todo para entender si los criterios con los que se han construido los reactores de tercera generación son adecuados también a la luz de los acontecimientos japoneses. La decisión del gobierno italiano, además, está en línea con la corriente europea e internacional, que apunta a realizar una reflexión seria sobre la seguridad de las centrales actuales.

¿Por qué los expertos están tan divididos sobre este tema?

He oído a algunos de estos "expertos" haciendo afirmaciones imprecisas, por usar un eufemismo. Con los datos actualmente disponibles no es posible reconstruir perfectamente toda la secuencia del accidente. Por tanto, quien ofrece datos con certeza y emite juicios sumarios pretende saber lo que no se sabe. Sobre todo, hace falta entender exactamente qué ha sucedido en Fukushima, porque, por el momento, no se conocen todavía las causas precisas. Sabemos sólo que ha habido un terremoto grado 9 en la escala de Ricter y un tsunami con olas de 14 metros.

¿Lo sucedido es al menos suficiente para desaconsejar la nuclear en zonas sísmicas?

Le recuerdo que si tenemos 4 reactores en crisis en Fukushima, a menos de 10 kilómetros de distancia hay otros 4 que, sin embargo, no han sufrido ningún daño. Además, en julio de 2007, la central nuclear más grande del mundo, que se encuentra en Kashiwazaki, en la costa opuesta de Japón, ha sufrido un sismo superior a la intensidad de diseño de la central y ha resistido. Por el momento, la hipótesis más verosímil es, por tanto, que lo que ha puesto en crisis la central de Fukushima no ha sido el terremoto, sino la llegada del tsunami una hora después.

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