Cataluña: algo se mueve en el horizonte

Por otra parte, es normal que la izquierda catalana se resista, y que además lo haga en nombre de "lo social" y de su "planificación". Son dos rasgos suyos muy queridos. Y es que esta izquierda contiene dos elementos esenciales: por un lado una especie de superioridad moral revestida de solidaridad con el débil (ICV), y por otro una supuesta pureza ideológica que nos devuelve a los orígenes perdidos (ERC), -como hemos visto hace poco con Carod justificando su marcha de ERC.
La inteligencia de CiU ha sido ponerse a trabajar, y de ahí las quejas de los adversarios. Ciertamente podría haber esperado a mostrar sus cartas a que hubiesen pasado las municipales, pero no ha actuado así. Y la política de papel -especialidad del Tripartito- encaja muy mal el realismo de quienes después deben poner orden, y prefiere el debate ideológico para distraer la atención de los hechos.
Veamos un ejemplo conocido por todos: la polémica por la ley Ómnibus. En resumen, esta ley quiere, a grandes rasgos, disolver o reagrupar entidades públicas para ahorrar: la Agencia Catalana del Deporte, el Consejo Catalán de Fomento para la Paz, el Laboratorio General de Ensayos e Investigaciones, el Instituto de investigación Aplicada en el Automóvil y la empresa "Remodelacions Urbanes SA" integrada en el INCASOL. A su vez se quiere reagrupar por ejemplo, los museos de Arqueología, de Ciencia y Técnica, de Historia de Catalunya, la Biblioteca de Catalunya y el Archivo Nacional, simplificando su gestión y abaratándola. También hay un importante recorte en empresas dedicadas a la inversión pública, etc. Objetivamente, mientras el PSC y ERC están sumidos en un debate interno, redefiniendo su ideario y estrategia, CiU se ha puesto a hacer los deberes. Y acaba de llegar la felicitación de Europa. De este modo lo que hace es redefinir los términos del debate, ampliarlo, y esto sin duda era necesario -más allá del posible acierto en las reformas concretas.
Un ejemplo más del rumbo que toman las cosas. Esta semana, en una conferencia la Consellera d'Educació se dirigió al sector educativo para comunicar que quiere un cambio de modelo, un nuevo horizonte para Catalunya marcado por la seriedad, el esfuerzo y el mérito. Hacía años que en educación no oíamos estas palabras, expulsadas todas ellas del debate educativo por los sindicatos, las patronales y las corrientes pedagógicas dominantes en Cataluña. "Hay que revisar el sistema educativo y los pilares que sustentan la acción educativa, porque hemos querido que en la educación quepa todo, y esto ha debilitado la escuela (…) La disciplina, la superación, etc., han sido desplazadas por la moral del ocio, por el ideal de un niño motivado y contento (…) Debemos superar los tópicos y los prejuicios que frenan la renovación conceptual", añadió, invitando a todos a ser creativos y a participar de este cambio", afirmó Rigau. Pues bien, dos días después el Parlament vota la construcción de más escuelas públicas -que el PSC aprobó y no hizo- contra el criterio de CiU. A pesar de la tremenda derrota, no han aprendido nada.
Tras las reformas de CiU hay algo verdadero: el modelo de sociedad y de Administración deben cambiar, y este camino debe realizarse con seguridad y firmeza. Abrir este debate de modo real -con leyes y reformas- y no de modo ideológico es inteligente, pues el criterio para juzgar serán los resultados, los hechos.
Que no basta con "reformar" es cierto, y quedan pendientes muchas cosas, algunas de mucho más calado para el bien del pueblo, sin duda. El horizonte del debate y de la acción política debe abrirse aún más, debe mirar más arriba. Pero no hay duda de que el debate se ha abierto por fin. Quién será capaz de entrar en él y desde dónde está por ver.