Cambio de especie
Ahora un grupo de investigadores de la Universidad de Granada parece que han encontrado la solución al enigma, los sapiens éramos, somos más creativos, más capaces de inventar, teníamos más deseo de vivir en sociedad, éramos más sociables. Lo escribo en pasado porque decididamente se están perdiendo algunas de las características que nos distinguen como especie, sobre todo en lo de la sociabilidad.
El mecanismo es relativamente sencillo: un grupo, habituado a los arrebatos nacionalistas, repite que todos sus miembros se encuentran amenazados. No importa que ese grupo esté gobernando, o que tenga las riendas del poder desde hace años. Lo importante es aprovechar, cultivar, calentar el victimismo. Para alimentar y calentar el victimismo no son necesarios datos reales, en ese grupo lo único real es el sentimiento de amenaza, el peligro que representan los otros que vienen a quitarnos lo nuestro. La culpa es de los otros. Hay que explotar los sentimientos y olvidarse de la razón. Hay que buscar un chivo expiatorio.
Para que el mecanismo funcione el otro tiene que ser despersonalizado, los guardias civiles y los policías nacionales no tienen familia, no se mueren por el coronavirus, son las fuerzas de ocupación. Los menores no acompañados que se echaron al mar para buscar un futuro mejor no son niños como los nuestros, son potenciales violadores, potenciales asesinos y vienen a robarnos el pan y la sal. Si se usa bien el mecanismo, si se despersonaliza correctamente al otro, si se alimenta bien el victimismo, la cosa funciona.
Se puede, por ejemplo, encontrar razonable que en Cataluña no se vacune a los guardias civiles y a los policías nacionales; en el fondo, en el fondo, son menos personas. Se puede, por ejemplo, presentar en la propaganda electoral a una anciana con una pensión mínima como víctima de un supuesto despilfarro para atender a menores migrantes que han llegado a España sin estar acompañados. Da igual que las cifras usadas no sean ciertas. A este paso, a base de hacer de los otros menos personas, o personas de segunda, iremos convirtiéndonos en otra especie, perdiendo la sociabilidad del sapiens.