Burlesque

Cultura · Juan Orellana
COMPARTIR ARTÍCULO Compartir artículo
| Me gusta 0
15 diciembre 2010
El actor y productor Steve Antin, muy familiarizado con el mundo del espectáculo de Los Ángeles, debuta en el largometraje con un musical escrito y dirigido por él, al servicio de Cristina Aguilera y Cher. Para ello aplica las fórmulas consagradas del musical clásico-moderno, tipo Cabaret (Bob Fosse, 1972) o Cotton Club (F. F. Coppola, 1984): una trama dramática más o menos convencional que se desarrolla en torno a un local de espectáculos musicales, y trufada de secuencias musicales de sofisticada planificación coreográfica. Y en el fondo, cómo no, una subtrama romántica de final feliz.

En este caso, Alicia (Cristina Aguilera) es una chica con increíbles dotes para la canción que decide abandonar su sórdida vida de camarera en Iowa y se marcha a Los Angeles en busca de oportunidades. Allí se topa con el Burlesque Lounge, un local de revista que materializa su sueño. Pero tendrá que convencer de sus aptitudes a la dueña del local, Tess (Cher) que ha entregado toda su vida al Burlesque. Como antagonista está Nikki (Kristen Bell), la artista favorita, que se siente amenazada por la recién llegada. Y la trama romántica surgirá del encuentro entre Alicia y uno de los camareros del local, Jack (Cam Gigandet), que tiene una novia en la costa Este.

La fórmula funciona correctamente, las intrigas están bien dosificadas y el arco de transformación de los personajes es muy clásico. Los números musicales son brillantes, aunque enfatizan excesivamente la vulgaridad y zafiedad de la revista más picante y sensual. Cher protagoniza dos canciones con mucha dignidad a pesar de sus 65 años, y Cristina Aguilera se come la película cada vez que actúa, especialmente en la escena donde arranca a cantar en solitario cuando Nikki desconecta el playback.

La película plantea la vigencia del sueño americano y de una visión humanizada de la vida, en la que el éxito económico no es más importante que la lealtad a unos compañeros o la fidelidad a un sueño. Tess -personaje que apenas evoluciona- encarna la figura simbólica materna: cuida a sus chicas como una madre cargada de experiencia, y tras su apariencia dura esconde mucha fragilidad y soledad. No faltan en el film todos los peajes a la mentalidad dominante: la trama gay, la posición pro-choice frente al aborto y la "fe" en la Energía Universal. En fin, un producto comercial fiel a todas las virtudes y defectos de Hollywood.

Noticias relacionadas

El genoma no es suficiente para saber quiénes somos
Cultura · Nicolás Jouve de la Barreda
El profesor Jouve describe la trayectoria y las aportaciones científicas y humanísticas de Francisco José Ayala. Recientemente fallecido es uno de los más importantes genetistas de las últimas décadas....
15 marzo 2023 | Me gusta 1
Vadia, “El mago del Kremlin”
Cultura · Lucas de Haro
Seix Barral lanzará a finales de marzo “El mago del Kremlin”, la primera novela del politólogo italo-suizo Giuliano da Empoli; publicada originalmente en francés por Gallimard (¡siempre Gallimard!), “Le mage du Kremlin” ha ganado el último Gran Premio de la Novela de la Academia...
1 marzo 2023 | Me gusta 6
Chesterton o la esgrima del sentido común
Cultura · Antonio R. Rubio Plo
“Muchos vicios y algunas virtudes” (ed. Encuentro) es el título en el que se recopilan los artículos escritos en 1910 por Gilbert Keith Chesterton para el semanario The Illustrated London News. ...
16 febrero 2023 | Me gusta 1
Ven
Cultura · Juan Carlos Hernández
Terminamos la entrega de algunos de los poemas escritos por Isabel Almería publicados en su libro “Las horas horizontales” (Gravitaciones). ...
2 febrero 2023 | Me gusta 0