Burlesque

En este caso, Alicia (Cristina Aguilera) es una chica con increíbles dotes para la canción que decide abandonar su sórdida vida de camarera en Iowa y se marcha a Los Angeles en busca de oportunidades. Allí se topa con el Burlesque Lounge, un local de revista que materializa su sueño. Pero tendrá que convencer de sus aptitudes a la dueña del local, Tess (Cher) que ha entregado toda su vida al Burlesque. Como antagonista está Nikki (Kristen Bell), la artista favorita, que se siente amenazada por la recién llegada. Y la trama romántica surgirá del encuentro entre Alicia y uno de los camareros del local, Jack (Cam Gigandet), que tiene una novia en la costa Este.
La fórmula funciona correctamente, las intrigas están bien dosificadas y el arco de transformación de los personajes es muy clásico. Los números musicales son brillantes, aunque enfatizan excesivamente la vulgaridad y zafiedad de la revista más picante y sensual. Cher protagoniza dos canciones con mucha dignidad a pesar de sus 65 años, y Cristina Aguilera se come la película cada vez que actúa, especialmente en la escena donde arranca a cantar en solitario cuando Nikki desconecta el playback.
La película plantea la vigencia del sueño americano y de una visión humanizada de la vida, en la que el éxito económico no es más importante que la lealtad a unos compañeros o la fidelidad a un sueño. Tess -personaje que apenas evoluciona- encarna la figura simbólica materna: cuida a sus chicas como una madre cargada de experiencia, y tras su apariencia dura esconde mucha fragilidad y soledad. No faltan en el film todos los peajes a la mentalidad dominante: la trama gay, la posición pro-choice frente al aborto y la "fe" en la Energía Universal. En fin, un producto comercial fiel a todas las virtudes y defectos de Hollywood.