Buried (Enterrado)

Es muy interesante comprobar cómo una película tan extremadamente limitada en posibilidades saca todo el jugo posible a la cámara y al guión para ofrecer una paleta completa de emociones y situaciones, y no decaer en ningún momento. Detrás de las piruetas formales del film yace una terrible crítica a la burocracia, a los medios de comunicación, a la deshumanización de la empresa y la política, y se desprende un claustrofóbico nihilismo, que va haciéndose más insoportable a medida que pasa el tiempo.
Al no ver más que a un personaje, el espectador tiene que poner en juego toda su imaginación: poner rostro a las voces del móvil, recrear la situación del secuestro, imaginar las gestiones de su liberación, e incluso reconstruir la vida familiar y afectiva del protagonista. En ese microcosmos de madera el director va a crear momentos de aventura, de tensión dialéctica, de terror, de romance, e incluso de comedia -negra, eso sí-. El film no está exento de errores, especialmente de verosimilitud de algunos detalles, pero tiene mucho más peso lo que está bien resuelto. Ahora, eso sí, no es una película para cualquier estómago: es muy angustiosa, muy deprimente, y no deja resquicio a la esperanza.