Blancanieves Boulevard

El argumento se centra en la América de los años veinte, cuando Barbara Milton, una diva de los escenarios se siente amenazada por la voz y la belleza de su frágil sobrina huérfana, Bianca. Barbara hará todo lo posible para eliminarla, pero siete músicos de barrio se encargarán de proteger a quien los periodistas ya conocen como "Blancanieves". Un crítico teatral, prendado de la belleza de la joven, tendrá que optar entre su prometedora carrera y el amor por esa aparente perdedora.
Esta actualización del famoso cuento de Blancanieves tiene su mejor baza en el aspecto musical y coreográfico. La dirección musical corre a cargo de Augusto J. Algueró, la coreógrafa es Inma Sáenz y el director artístico, Rodrigo Zaparaín. El musical comienza con discreción y va in crescendo para terminar en una apoteosis realmente brillante. Una mezcla de géneros musicales y de estilos de baile compone un cóctel escénico dinámico y luminoso. Además, el hecho de que en muchos momentos los músicos estén en escena, interpretando papeles mientras ejecutan su partitura, es un acierto que aproxima en muchos momentos a Blancanieves Boulevard a un concierto de rock en directo. En ese sentido, la guitarra eléctrica de Juanjo Melero es un estupendo regalo al espectador, como los bailarines acróbatas, que harán las delicias de los más pequeños.
Capítulo aparte merecen los artistas, auténtico capital de Blancanieves Boulevard, en el que participan 27 actores, cantantes, músicos y bailarines que representan 110 personajes. A la profesionalidad y gran sentido musical de Miriam Madrid (Barbara Milton) se añade la comicidad y soltura de Nacho Felipe, que interpreta al jefe de los músicos. Pero quien sorprende por su destreza escénica, su absoluto dominio corporal y su voz acrisolada por la técnica es Cristina Llorente (Blancanieves), una auténtica máquina de la escena. Todos los demás personajes son interpretados por artistas solventes y con gran personalidad.
Los aspectos técnicos del montaje son extraordinarios, con más de 150 efectos de iluminación, 6 cambios de decorados y numerosos efectos especiales. Algunos son muy brillantes, como la simulación del cinematógrafo o la resurrección de Blancanieves. El musical tiene 17 canciones en directo que se venden en un CD en el vestíbulo del teatro.
En definitiva, esta tercera producción de Jana Producciones supera sus dos anteriores obras, que ya eran muy buenas, En nombre de la Infanta Carlota y Antígona tiene un plan, en las que se ha podido ver el ascenso imparable de Cristina Llorente, una artista con un futuro muy prometedor.