Berlusconi, a la búsqueda del protagonismo perdido
Y es que Berlusconi teme que tanto su antiguo ´delfín´ Alfano como el propio Renzi le puedan ir comiendo el espacio de centroderecha que su formación, Forza Italia-El Pueblo de la Libertad, ha controlado los últimos veinte años. En el caso de Alfano, el político siciliano está logrando afianzar su partido e incluso comenzando a atraer a algunos de los antiguos diputados y senadores de Berlusconi. En el de Renzi, sus políticas de bajadas de impuestos, así como de recorte del gasto público, son un tipo de medidas que están agradando y calando en los sectores más conservadores de la política y sociedad italiana.
Parece claro que Berlusconi se guarda un importante ´as´ bajo la manga, y es la aprobación de la nueva ley electoral en el Senado, a partir de la cual Renzi podría en cualquier momento pedir al presidente Napolitano que convocara elecciones. Sabe que ese pacto desgasta a Renzi dentro de su propio partido, donde el sector más situado a la izquierda no le perdona sus acuerdos con Il Cavaliere. Mientras Renzi defiende ante los suyos la necesidad de llegar a acuerdos con Forza Italia, él dilata la ratificación de la nueva ley electoral (llamada Italicum) en el Senado hasta que no vea suficientemente afianzada su posición, y para ello deberá esperar a los resultados de las elecciones europeas, que se celebrarán en menos de tres semanas.
Ahora ha propuesto que su partido entre en el Gobierno de Renzi, lo que podría generar importantes problemas al Primer Ministro porque Alfano no lo aceptaría de ninguna manera. Sin embargo, Renzi debe estar deseoso de deshacerse de Alfano, quien rompió con Berlusconi, no para apoyarle a él, sino al anterior Primer Ministro (Enrico Letta).
Lo que en definitiva se libra en este momento es una lucha por ese amplio espacio de centroderecha entre un Berlusconi que está expulsado del Parlamento pero que controla con mano férrea su partido; un Alfano que pretende ser el nuevo líder del centroderecha; y un Renzi que necesita moverse hacia zonas más ´templadas´ ya que el sector más progresista de su partido le detesta tanto a él como a sus pactos con el siempre enemigo Silvio Berlusconi. Y es que el exPrimer Ministro comporta una doble posibilidad para Renzi: por un lado, resulta muy poco recomendable fiarse de alguien que ha cometido tantas tropelías; por otro lado, asegura sus votos para quien se los pida, porque en su partido no existen los llamados ´francotiradores´ (diputados que votan en contra de su propio partido aprovechando que el voto es secreto), ´francotiradores´ que en cambio sí hay (y muchos), en las filas del Partido Democrático. La pregunta es: ¿aceptará Renzi la entrada de Forza Italia en su partido? ¿Y a qué precio? Lo veremos en las próximas semanas.