Benedicto XVI y la parábola histórica de la razón
El pontificado de Benedicto XVI, ejemplificado en el discurso de Ratisbona, ha marcado un hito en la parábola histórica que la razón ha descrito en los últimos tres siglos en la cultura occidental. La Ilustración partió con un programa de separación radical de razón y fe que, con el tiempo, relegó el creer y el hecho religioso al campo de lo irracional o, al menos, a-racional. A los ojos del movimiento ilustrado, la Iglesia católica constituía una rémora para el conocimiento de la que parecía justo desembarazarse. Pero la razón está llamada a ser apertura a la realidad total, incluyendo su significado, por lo que la exclusión de la pregunta religiosa representa una "autolimitación moderna de la razón", tal y como la ha llamado Benedicto XVI. Paradójicamente este recorrido histórico ha desembocado en un "pensamiento débil" que en la posmodernidad ha abandonado, en la práctica, la razón.
En nuestra sociedad española este abandono resulta especialmente evidente. En el debate público se alude a la libertad de cada uno, a "ampliaciones de derechos", pero pocos se atienen a la razón. El discurso del Papa en Ratisbona, culmina esa parábola histórica. Es paradójico que a principios del siglo XXI haya sido precisamente un Papa el que llame a Occidente a "tener el coraje" de "ampliar el concepto de razón". Y este llamamiento es a su vez decisivo para la presentación del cristianismo hoy, ya que "no actuar razonablemente es contrario a la naturaleza de Dios".