Aznar también pasó por el Meeting
Con un promedio de 700.000 visitantes, el Meeting de Rímini, que desde 1980 viene celebrándose cada año, durante una semana en la segunda quincena de agosto, en la ciudad de la que toma su nombre, es el certamen veraniego más concurrido del mundo, marcado por encuentros, cultura, músicas y espectáculos.
A pesar del elevado número y la gran variedad de eventos que contempla su programa, la gran cantidad de visitantes hace que sea real y concretamente trascendental la presencia del público en los diferentes encuentros (a menudo de 5.000 a 10.000 personas, con picos que rebasan, y con creces, estos niveles), de contenido cultural incluso muy complejo, como por ejemplo, conferencias de nivel universitario y posgrado en los terrenos de la historia del arte, la teología, la filosofía y la ciencia.
Con la excepción de un pequeño núcleo de siete personas trabajando a tiempo completo, durante todo el año, para su preparación, el gran certamen riminés lo organizan, lo preparan, lo gestionan y al final lo desarman los voluntarios. Son más de 2000, procedentes de Italia y de otros diez Países de todos los continentes. El número de personas que se ofrecen voluntarias siempre es superior respecto a las necesidades. Tan sólo esto bastaría para hacer del Meeting de Rímini un hecho relevante a nivel tanto nacional como internacional.
Otro elemento de interés de este evento está constituido por el hecho de que el Meeting de Rímini es un acontecimiento que estriba, de forma explícita, en la visión católica del mundo, fruto de la iniciativa de personas y grupos que viven la experiencia cristiana a través de «Comunión y Liberación», uno de los movimientos eclesiales que ha participado con más dinamismo en la historia de la Iglesia durante las últimas décadas.