Atropellos y amedrentamiento
Afirmó que la "contrarrevolución" se instaló en Zulia y Táchira, donde quieren reeditar el paramilitarismo colombiano. Señaló que Pérez Vivas y Pablo Pérez, gobernador del Zulia, son "enemigos del pueblo" y no permitirá que conviertan esos estados en nido de paramilitares. "Ya haremos lo que corresponda". Habló de magnicidio, atribuyendo el intento, esta vez, a "células paramilitares".
En el anterior Aló Presidente dijo tener serias sospechas de complicidad de la oposición en "el atentado planificado en El Salvador". La sospecha proviene, según él, de haber convertido en objeto de burla "las serias informaciones de los servicios de inteligencia que frustraron el proyecto de genocidio". Es probable, por tanto, el enjuiciamiento de ambos gobernadores y la designación en Zulia y Táchira de supra-autoridades que asuman el poder, como ocurrió en el Distrito Capital. A los gobernadores de oposición los despojó de funciones y presupuesto, y los de Miranda y Carabobo enfrentan denuncias penales que podrían concluir con la inhabilitación y la designación de esa especie de "gauleiters" nazis autorizados por la Asamblea Nacional. Sobre el anuncio de magnicidio, un editorial de El Nacional dice: "Se trata de una estrategia de propaganda que se ubica y desarrolla en los momentos claves de la crispación social venezolana. Su intención se dirige a desenfocar en la gente los problemas verdaderos y sustituirlos por otros imaginados y controlados por los aparatos de inteligencia cubanos".
Chávez se queja de que en el exterior lo consideran como un dictador. Los académicos hablan de "dictadura con disfraz de legalidad", como resultado de la subordinación a que ha sometido los poderes públicos contemplados en la Constitución. La preocupación por el modelo autocrático tiene sólido fundamento en sus maniobras para privar de autoridad a los gobernadores y alcaldes de oposición, desconociendo la voluntad popular expresada el 23-11-08. Quienes analizan su régimen señalan que, más allá de la autocracia, debe preocupar el objetivo de "ganar la batalla de las ideas". En Aló Presidente afirmó: "La batalla ideológica es por la mente del ser humano; esa batalla hay que ganarla, si no la ganamos, no ganaremos ninguna".
Esa batalla no la ha ganado por la resistencia de las universidades, los intelectuales y los científicos, pero "el miedo empieza a ser moneda de uso corriente entre los venezolanos", advierte el sociólogo Tulio Hernández. "Poco a poco los que disentimos de la cúpula militar que gobierna el país vamos aprendiendo a protegernos del aparato persecutorio que se ha ido instalando ante nuestros ojos… pienso en las historias que he escuchado de familiares y amigos que trabajan en el sector público y son obligados a ponerse la franela y la gorra rojas, y salir a un mitin, una marcha o una jornada de trabajo voluntario pues de lo contrario pueden perder el trabajo".