Anuncio de ETA, prueba para Zapatero
Los asesores internacionales que desde hace tiempo trabajan en el segundo proceso de negociación, con Brian Currin a la cabeza, habían reclamado desde hace tiempo a ETA que declarase un alto el fuego para facilitar las cosas. Es lo que la semana pasada pidió también Batasuna, ahora fusionado con EA. La izquierda abertzale, que necesita para sobrevivir poder concurrir en las elecciones de mayo, reclamaba a ETA la declaración de un alto el fuego permanente con verificación internacional. Como contrapartida, según los principios de Mitchell, que se establecieron para el proceso de paz de Irlanda del Norte, se pedía la derogación de la Ley de Partidos y la cancelación de los procesos judiciales contra organizaciones de la izquierda abertzale.
Batasuna pedía mucho a cambio de poco. La Ley de Partidos no es derogable y sólo podría volver a participar en las elecciones no si ETA anuncia que deja las armas sino cuando ese abandono se haya comprobado. Y para eso no hay tiempo de aquí a mayo. Lo que este domingo le ha dado ETA a Batasuna y a Zapatero es mucho menos. Ni siquiera es una tregua sólo el aviso de que no va a matar. No se sabe hasta cuándo. No renuncia a seguir rearmándose, ni a nada más. Es una ETA en las últimas que no se rinde. Zapatero ya ha acercado presos y concedido beneficios penitenciarios. Si da un paso más, por pequeño que sea, sabremos que cede ante los terroristas. Esta vez con un oprobio para todos difícil de soportar.