Álvaro Uribe, un balance

Su gestión se basó en tres pilares, la política de seguridad democrática, la política de atracción de inversiones y la promoción del progreso social. Acabó su gestión con alrededor del 80% de apoyo ciudadano, lo que muestra que la consecuencia también paga en popularidad y que en democracia se puede al mismo tiempo gobernar con autoridad en el marco de la ley, administrar responsablemente los recursos públicos y dar a la gente resultados que sean retribuidos con apoyo popular.
La política de seguridad democrática logró la desmovilización de las fuerzas paramilitares, obteniendo que más de 32.000 combatientes dejaran las armas. Al mismo tiempo, derrotó militarmente a las FARC, recuperando el control del territorio colombiano para el Estado y arrinconando a sus miembros en la selva con alrededor de una tercera parte de los miembros que tenían al inicio de su mandato.
El resultado se aprecia en la tranquilidad de la que hoy goza la sociedad colombiana. Los atentados terroristas casi han desaparecido, los secuestros han disminuido notablemente y la seguridad ciudadana dejó de ser un privilegio para convertirse en la característica común de la que hoy gozan la gran mayoría de los colombianos. Cualquiera que haya viajado a Colombia antes de 2002 y haya retornado en 2010 se llevará la impresión de que visitó otro país, pudiendo caminar libremente, donde antes sólo se veía temor en los rostros de la gente.
Estos avances en las condiciones de seguridad y una política económica seria y abierta a la internacionalización de la economía lograron que Colombia atrajera inversiones por más de 10.000 millones de dólares anuales, durante el último periodo, convirtiéndose en una economía dinámica y próspera que triplicó sus exportaciones, la gran mayoría con valor agregado, y que creció sostenidamente durante toda la década.
Su política social no fue menos agresiva. Se dedicaba a sus programas sociales con la misma pasión y entusiasmo con los que se entregó a la lucha antiterrorista. Su programa estrella, Familias en Acción, beneficia a tres millones de familias y alimenta a más de cinco millones de niños.
El presidente Uribe nunca buscó liderazgo internacional. No obstante, su Gobierno evitó que los movimientos guerrilleros continuaran creciendo en América Latina y paró al chavismo, movimiento al que contrarrestó hasta el último día de su mandato con la demanda presentada en contra de Chávez ante el Tribunal Penal Internacional. Sin ser colombianos, todos los demócratas latinoamericanos tenemos mucho por reconocerle y agradecerle.
Óscar Ortiz Antelo, ex presidente del Senado Nacional de la República de Bolivia